¿D E
Q U É H A B L A M O S?
No sé porqué
motivo me hice esta pregunta .Tal vez,
fue al poner más atención con la gente que me
cruzaba. Cuando el reloj deja de existir, suelo
recrearme en cada detalle que los ojos descubren y
más de las veces, pasa desapercibido al negarse uno
mismo dar rienda suelta y deleitarnos con la belleza
que nos rodea. Esas hojas que empiezan a germinar,
los capullos de las flores abriéndose que alegraban
hasta el ánimo más decaído.
Los rayos de sol no lograban templar un ambiente
más bien frío y ventisco. La primavera había llegado
unas semanas atrás y le estaba costando lo suyo en
barrer los últimos vestigios de un invierno que no
deseaba irse. Hundí más las manos en los bolsillos
de la cazadora, buscando quizá algo más de calor y
me fui a la zona soleada.
Algo remolona puse mi sentido auditivo en marcha.
Un pequeño grupo de hombres caminaba por
delante de mí. Sus temas de conversación suelen
versar siempre de lo mismo con ligeras variantes.
Sus achaques, familia, el tiempo, las pensiones, etc.
Adelanté el paso y les miré fugazmente. Ellos ajenos
a la escucha, seguían con los temas elegidos.
Mis pasos se hicieron más ligeros y pronto estuve
cerca de dos mujeres de unos sesenta y pico años
más o menos, soy nula en acertar edades cosa en
realidad nunca me ha importado.
Ralenticé el paso y alerté el oído. Su charla era
desalentadora en una y callada en la otra, rota de
vez en cuando por pequeñas frases de incredulidad o
un “comprendo” apenas audible. Las pasé y me
detuve en un banco. Me senté en una pequeña
esquina, ya que estaba ocupado por cuatro personas
de edad. Dos mujeres y dos hombres.
Saqué un
libro y sin leerlo, escuché sus
conversaciones. (Tengo que admitir, que muchas de
las cosas que escribo, son apuntes que hago. Sé
que esta mal el escuchar, pero los “escritores”
tenemos que ser muy realistas y ajustarnos a la
verdad todo lo posible.)
conversaciones. (Tengo que admitir, que muchas de
las cosas que escribo, son apuntes que hago. Sé
que esta mal el escuchar, pero los “escritores”
tenemos que ser muy realistas y ajustarnos a la
verdad todo lo posible.)
A la media hora me fui de allí con el corazón roto.
Es muy triste oírlo y saberlo, pero la palabra
soledad es lo que más se palpa. Bien sean mujeres u
hombres. Las expresiones más llenas de melancolía
o tristeza suenan opacas, sin matiz alguno es, como
si hubieran olvidado de darle toda esa riqueza que
posee el lenguaje en el cual nos entendemos.
Son personas que no hace muchos años, se movían,
participaban activamente de algún empleo que hoy,
han tenido que dejar al llegar a la edad en la que ya
no funcionan como los jóvenes, aunque su saber es
más que reconocible.
¿De qué hablamos? Nuestras conversaciones
abarcan todo tipo de sucesos. Unas veces son
relajantes, provechosas. Otras, banales o llenas de
aflicciones. Hay muy poca gente que se conforme
con el devenir de los años. Es muy difícil admitir que
el reloj de nuestra vida, se estropea más de lo que
deseamos y que nuestros hijos, sobrinos o nietos,
toman el mando de algo que comenzamos nosotros
hace años. Seamos más positivos, no lancemos al
aire nuestros males. Cultivemos más nuestro buen
humor. Los humanos somos capaces de crear o
sonrisas o muchas tristeza.
León 24 Abril
1999
9 comentarios:
Es muy triste saber todo lo que hablan las personas mayores
Carla
Temo llegar a ser mayor y sin nadie a mi lado, espero una mano amiga
Alicia
Cuando se tiene compañeros, familia y muchas cosas más no sabemos lo que es estar solo
Pablo
La gente tiene que hablar, tener amigos, familia y alguien en quien confiar
María
Las personas que se encierran en sí mismas, nunca pueden ser felices hay que hablar
Margarita
¿De qué hablamos? pues de todo lo que ha pasado, lo que nos espera. La gente mayor tiene mucho de qué hablar, aunque siempre son palabras de queja
Mauricio
"Cultivemos más nuestro buen humor." Creo que es un buen consejo...
jav
Todos llegaremos a tener una edad de las llamadas tercera, aunque hay personas que los años no pasan por ellas, siguen haciendo el trabajo como si tal cosa. Ayudemos a esas que no pueden
Carmen
Cuando veo a personas reunidas hablando me gusta, pues eso es síntoma de no estar solo
Pedro
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