EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

sábado, 18 de junio de 2016

¿DE QUE HABLAMOS?

                           



                     
            ¿D E  Q U É  H A B L A M O S?






No sé porqué motivo me hice esta pregunta .Tal vez, 

fue al poner más atención con la gente que me 

cruzaba. Cuando el reloj deja de existir, suelo 

recrearme en cada detalle que los ojos descubren y 

más de las veces, pasa desapercibido al negarse uno 

mismo dar rienda suelta y deleitarnos con la belleza 

que nos rodea. Esas hojas que empiezan a germinar, 

los capullos de las flores abriéndose  que alegraban 

hasta el ánimo más decaído.


Los rayos de sol no lograban templar un ambiente 

más bien frío y ventisco. La primavera había llegado 

unas semanas atrás y le estaba costando lo suyo en 

barrer los últimos vestigios de un  invierno que no 

deseaba irse. Hundí más las manos en los bolsillos 

de la cazadora, buscando quizá algo más de calor y 

me fui a la zona soleada.



Algo remolona puse mi sentido auditivo en marcha. 

Un pequeño grupo de hombres caminaba por 

delante de mí. Sus temas de conversación suelen 

versar siempre de lo mismo con ligeras variantes. 

Sus achaques, familia, el tiempo, las pensiones, etc.

Adelanté el paso y les miré fugazmente. Ellos ajenos 

a la escucha, seguían con los temas elegidos.

Mis pasos se hicieron más ligeros y pronto estuve 

cerca de dos mujeres de unos sesenta y pico años 

más o menos,  soy nula en acertar edades cosa en 

realidad nunca me ha importado.

Ralenticé  el paso  y alerté el oído. Su charla era 

desalentadora en una y   callada en la otra, rota de 

vez en cuando por pequeñas frases de incredulidad o 

un “comprendo” apenas audible. Las pasé y me 

detuve en un banco. Me senté en una pequeña 

esquina, ya que estaba ocupado por cuatro personas 

de edad. Dos mujeres y dos hombres.


Saqué un libro y sin leerlo, escuché sus 

conversaciones. (Tengo que admitir, que muchas de 

las cosas que escribo, son apuntes  que hago. Sé 

que esta mal  el escuchar, pero los “escritores” 

tenemos que ser muy realistas y ajustarnos a la 

verdad todo lo posible.)

A la media hora me fui de allí con el corazón roto.  

Es muy triste  oírlo y saberlo, pero la palabra 

soledad es lo que más se palpa. Bien sean mujeres u 

hombres. Las expresiones más llenas de melancolía 

tristeza suenan opacas, sin matiz alguno es, como 

si hubieran olvidado de darle toda esa riqueza que 

posee el lenguaje en el cual nos entendemos.

Son personas que no hace muchos años, se movían, 

participaban activamente de algún empleo que hoy, 

han tenido que dejar al llegar a la edad en la que ya 

no funcionan como los jóvenes, aunque su saber es 

más que reconocible.

¿De qué hablamos? Nuestras conversaciones 

abarcan todo tipo de sucesos. Unas veces son 

relajantes, provechosas. Otras, banales o llenas de 

aflicciones. Hay muy poca gente que se conforme  

con el devenir de los años. Es muy difícil admitir que 

el reloj de nuestra vida, se estropea  más de lo que 

deseamos y que nuestros hijos, sobrinos o nietos, 

toman el mando de algo que comenzamos nosotros 

hace años. Seamos más positivos, no lancemos al 

aire nuestros males. Cultivemos más nuestro buen 

humor.  Los humanos somos capaces de crear o 

sonrisas o muchas tristeza.








R.P. intelectual 00/2008/1318
León 24 Abril 1999


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy triste saber todo lo que hablan las personas mayores

Carla

Anónimo dijo...

Temo llegar a ser mayor y sin nadie a mi lado, espero una mano amiga



Alicia

Anónimo dijo...



Cuando se tiene compañeros, familia y muchas cosas más no sabemos lo que es estar solo


Pablo

Anónimo dijo...

La gente tiene que hablar, tener amigos, familia y alguien en quien confiar



María

Anónimo dijo...

Las personas que se encierran en sí mismas, nunca pueden ser felices hay que hablar



Margarita

Anónimo dijo...

¿De qué hablamos? pues de todo lo que ha pasado, lo que nos espera. La gente mayor tiene mucho de qué hablar, aunque siempre son palabras de queja



Mauricio

Anónimo dijo...

"Cultivemos más nuestro buen humor." Creo que es un buen consejo...

jav

Anónimo dijo...


Todos llegaremos a tener una edad de las llamadas tercera, aunque hay personas que los años no pasan por ellas, siguen haciendo el trabajo como si tal cosa. Ayudemos a esas que no pueden


Carmen

Anónimo dijo...

Cuando veo a personas reunidas hablando me gusta, pues eso es síntoma de no estar solo



Pedro