H O J A S S E C A S
tristeza que atenaza todo mi ser
Como si fuese algo inservible que lentamente día
a día, se hace dueño de todas las horas en
silencio, sin ruido. No pregunta, pero tampoco
responde.
Su apatía es a veces, una rémora inaudita. Nada
se mueve, todo está a la espera de ese cambio
tan decisivo que, cuando las nubes abren las
puertas dejando salir todo el caudal de agua, es
cuando sabemos que llegó.
Día a día notamos cómo sin darnos cuenta, se
hace dueño de grandes y pequeñas cosas. Nos
sustraemos de ellas quizá, para no sentirnos
traumatizados
Por esa pérdida de lo que nos acompañó
durante meses.
Tratamos de ser positivos al principio,
mientras la luz del día va agonizando lentamente, poco a poco.
La intrusión del otoño en nuestra vida es para
muchos, frustrante más que nada, por ver cómo
día todo se aquieta, sin fuerzas para respirar.
Lentamente lo que meses atrás nos alegró la vista
en maravillosos colores, se fue marchitando y secando, dejando sus esqueletos en árboles
solitarios.
Queremos tener una motivación para que
nuestra sonrisa no decaiga.
Mientras nuestros píes pisan una y otra vez esas
hojas secas que, desvalidas sufren el dolor del
abandono.
desalentador, una protesta por el trato tan
ingrato que reciben después de habernos dado
todo.
Sí, porque hay que ser realistas y no ser tan
agresivos.
Por lo general los seres humanos, nos
comportamos de diversas maneras.
El ser agradecido con los regalos que la
naturaleza nos obsequia, es diferente en cada
uno. Aceptar con una sonrisa todo cambio es la
prueba más concluyente que podemos dar.
Asistir sin mengua alguna, los diferentes meses y,
mientras pisoteamos las hojas, recreándonos en
los diferentes sonidos, pensamos ¿Cuántos
secretos guardan?
León, 8-2-2012
Luisa Laiz Diez
1 comentario:
Los secretos de esas hojas, se van a distintos lugares, es como ese murmullo de los que hablan bajo para que no se oiga
Tere
Publicar un comentario