-¡Abuelo, mira eso!
-¿Qué era?, no lo he visto.
-Una estrella fugaz.
-Uh! Te refieres a la estrella errante.
-¿Por qué le llamas así?
-Siéntate a mi lado y te contaré su historia. Verás,
hace muchísimos años, por estas fechas nació un
niño. Sus padres, no tenían una bonita casa con
calefacción. Nada. Un viejo establo, fue lo único que
encontraron para resguardar al hijo que vino al
mundo en la más absoluta pobreza.
-Abuelo, ¿me estás contando el nacimiento del Niño
Jesús?
-Así es. Sigue escuchando y sabrás algo más. Este
pequeño Niño, vino al mundo a traernos paz y amor.
A pesar de nacer en un establo, la noticia de su
nacimiento recorrió la aldea de Belén y presurosos
acudieron sus moradores a llevarle lo mejor que
poseían. Estaban alegres. Cantaban y danzaban
haciendo feliz a un Niño que, entre pajas les sonreía.
Muy lejos de allí, una brillante estrella iluminó el
sendero a tres Reyes Magos. Sabían que un Niño
especial, había nacido y que tenían que ir a ofrecerle
sus mejores regalos. En sus dromedarios, siguieron
el camino que la estrella les indicaba.
-¿Tardaron mucho?
es, no lo sé. Recuerda que iban montados en
animales.
-Ahora irían en avión ¿no?
-Hoy el mundo ha cambiado tanto, que no
tendríamos esa dicha. Cuando llegaron, le hicieron
sus presentes y le adoraron como Rey que era. Esa
estrella fugaz que has visto, es la que anunció a los
Reyes Magos el nacimiento del Niño. Ahora, está
errante.
Sin saber a dónde ir. Recorre de vez en cuando el
cielo de este planeta buscando otro nacimiento que
nos traiga de nuevo la paz y el amor; aquello que no
fuimos capaces de valorar cuando otro Niño nos lo
regaló.
León, 15 Diciembre 1997
1 comentario:
Un artículo muy emotivo dado las fechas
Merche
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