EL ÁRBOL DE NAVIDAD
El cristianismo adoptó y transformó
algunas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Cuenta la
leyenda que en el siglo Vlll había un roble consagrado a Thor en la
región de Hesse (Alemania). Cada año
durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero
Bonifacio taló el árbol ante el asombro de los lugareños y, tras leer el
Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que representa la vida eterna
porque sus hojas siempre están verdes y porque su copa “señala el cielo”. A
partir de entonces, comenzaron a talar abetos durante la Navidad y se colgaron en
el techo de forma invertida. El teólogo Martín Lutero puso unas velas sobre las
ramas de un árbol de Navidad porque centelleaban como las estrellas en la noche
invernal.
Dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber
erigido el primer árbol de Navidad en
una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510. Unos
comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado de Riga, lo
decoraron con rosas artificiales, bailaron a su alrededor y finalmente con
luces eléctricas y convocan a miles de turistas.
León 28-12-2018
León 28-12-2018
1 comentario:
Un árbol de Navidad, siempre estará en nuestras casas, sabemos que él nos dice que estamos en las fiestas más hermosas
Carmina
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