EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

domingo, 6 de marzo de 2016

CUESTIÓN DE PATATAS





                         CUESTIÓN DE PATATAS




_ ¿Qué hay para comer?

_Patatas guisadas.

La respuesta tajante y un tanto agria, le dejó con la 

frase ¡otra vez!  a las puertas de la boca. Otro día 

más, las patatas eran las protagonistas a la hora de comer.

Samuel con gesto de hastío, se acercó a la mesa y 

esperó que la madre le llenara el plato de patatas, 

porque no había nada más que eso.

_No sé porqué preguntas que hay para comer, sabes 

bien que es lo único que tenemos y da gracias que 

puedes llenarte el estómago. Otros, ni eso así que no

me hagas siempre la  misma pregunta –le dijo la 

madre mientras depositaba un plato rebosante de 

patatas. Sin contestar, cogió la cuchara y comenzó a comer. Con éste único plato Rosa trataba de que su hijo y ella, no pasaran hambre. Era consciente que Samuel necesitaba una alimentación que le aportara unos nutrientes, que le dieran más vigor.

La vida había dado un giro inesperado para ella. 

Abandonada  por un marido que había desaparecido 

de un día para otro sin más explicaciones.

Sola con un hijo pequeño que alimentar y dar 

educación, se enfrentó a la dura realidad. Buscó más 

trabajo para añadir un poco más de dinero al que ganaba de asistenta laboral. Los gastos de una pequeña vivienda se tragaban más de la mitad de los escasos sueldos que tenía. Éstos eran mínimos y sin embargo, era explotada sin pudor alguno.

Cuando llegaba por la noche a su casa lo primero que

hacía, era ir a la habitación de Samuel. Éste ajeno a 

los sinsabores de su madre dormía.

 Depositaba un beso en la frente y salía dispuesta a seguir trabajando. Lavar, planchar y cocinar las inevitables patatas. Cuando se iba a la cama, le quedaban pocas horas para volver a levantarse y volver a repetir todo.

Estaba cansada, derrotada y desmoralizada. 

Cansada, porque el día se hacía pequeño para todo el trabajo que inalterablemente hacía hora tras hora.

Derrotada por un tiempo inesperado, lleno de 

añoranza por ser mujer amada, deseada y ahora, 

carente de todo eso. Estaba sola y esa soledad le 

hacía daño. Necesitaba tener a su lado alguien para 

poder  apoyar su cabeza y sentir ese amor, ese calor 

que ahora estaba eclipsándose. Desmoralizada por ser el punto en el cual, convergían todos los problemas que un día sí y otro también, le abrumaban. Era muy difícil  que ella se desmoralizara. Nunca vio las cosas oscuras, pero ahora las fuerzas menguaban día a día.Cuando se miraba en el espejo, veía el rostro de una mujer con semblante triste, avejentado y una mirada que denotaba una profunda amargura. Más de una vez, se había dicho mientras veía la imagen reflejada en el espejo:“Tienes que luchar  y no dejar que nadie te haga más daño. Sé que alguien me ayuda y no me dejará sola. Tengo un hijo y es suficiente motivo para seguir viviendo para él, darle mucho cariño y que la fuga de su padre le afecte lo menos posible”


Tres veces a la semana iba donde vivía la señora

Pilar. Eran  las mejores horas de su trabajo. Mujer 

risueña, excelente conversadora y muy cariñosa con ella.Desde el primer día supo de la situación en la que estaba y en ella, encontró ese cariño de la que estaba muy necesitada.

Huérfana desde hacia unos años, echaba y necesitaba una madre que le diera esa fuerza y ese cariño que tanto precisaba. Seguía llorándola siempre que su imagen venía a ella. El recuerdo era tan persistente que pasaría mucho tiempo hasta que lentamente se fuera.

Cada dos días, Pilar le daba una bolsa con una botella de leche, galletas y alguna naranja. “Es para el niño, necesita alimentarse para estar sano y crecer”Era una gran ayuda y su agradecimiento se volcaba en quererla y hacerle la vida más dulce. Entre Pilar y un primo que desde un principio se interesó de los problemas que tenía, no dudó en darle lo que tenía: patatas. Agricultor de dicho  tubérculo,  cada cierto tiempo le enviaba un pequeño saco. Había veces que éstas, venían acompañadas de algunas cosas más.
Sí, verdaderamente nunca se está solo, aunque lo 

creamos viendo las desdichas que  

nos acosan constantemente. Recogió los cacharros, 
la ropa sucia en el cesto y se fue a la cama.

-“Un día más que se fue – se dijo, mientras se 

acostaba. Repasó las horas que más le interesaban. 

Horas dedicadas a su querido hijo. Ahora le dolía el 

trato y palabras que le había dicho a la hora de 

comer.

-¡Dios, perdóname! Que injusta he sido con mi 

pequeño. Él no tiene la culpa del revés que hemos 

tenido. Nada más que tenga algo de dinero 

ahorrado, le llevaré al cine a ver una película de sus 

héroes preferidos. Le compraré ropa, pues la que 

tiene está pequeña y desgastada.

Sé que le estoy haciendo responsable de cosas que 

no debía hacer, como saber que cuando llegue a casa

después del colegio, estará solo. Las llaves las tenía 

un vecino que vivía arriba. Hacer los deberes sin que 

nadie le ayudase, cenar e irse a la cama.

Tengo que hacer frente a éste desafío que las 

circunstancias me   han puesto en mi camino.Asumir 

sin temor alguno y desaliento. Ese es mi reto. 

Trabajaré todo lo que pueda y esperar, que el 

mañana siempre será mejor, aunque sea cuestión de 

patatas.

Con una sonrisa se dio la vuelta y cerró los ojos.










R.P.00/2015/1711
León-14-8-210

*Dedicado a todas las mujeres
trabajadoras. 

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades a todas las mujeres trabajadoras, que sean felices dentro de lo que cabe


Carla

Anónimo dijo...

Se va a celebrar el día de la mujer trabajadora, yo creo y pienso, que debían ser todos los días del año, ya que las mujeres desde que tenemos uso de razón, trabajamos o bien en casa o fuera ¿no?

Maura

Anónimo dijo...

Todas las mujeres somos trabajadoras un ¡¡Bravo!! por ellas


Feder

Anónimo dijo...

Es un relato muy tierno, la lucha de na madre siempre es admirable



Alicia

Anónimo dijo...


Estas personas que valientes son a pesar de todo, muy bonito

Luna

Anónimo dijo...



Das en el clavo al relatar los sufrimientos de una madre con su hijo, es para pensarlo

Loli

Anónimo dijo...

Muy hermoso el relato del día de la mujer trabajadora, me ha gustado mucho

María

Anónimo dijo...


Mujer tenías que ser para escribir este relato tan bonito, felicidades


Pablo

Anónimo dijo...

Las mujeres siempre son muy valientes y nada se les pone por delante y más si tienen un hijo al que atender


Angelina

Anónimo dijo...


Como mujer que soy, te doy las gracias por este artículo tan entrañable



Emilia

Anónimo dijo...

En este relato retratas muy bien a la mujer que trabaja y cuida de su hijo con todo amor, gracias muy hermoso


Arantxa

Arantxa dijo...

Hermoso y triste a la vez, es una madre y....lucha!!!
Felicidades a todas las mujeres hoy y todos los días, ánimo para seguir luchando por nuestros huertos derechos!!!
Un besazo Luisina

Arantxa dijo...

Justos derechos, quería decir

Arantxa dijo...

Hermoso y triste a la vez, es una madre y....lucha!!!
Felicidades a todas las mujeres hoy y todos los días, ánimo para seguir luchando por nuestros huertos derechos!!!
Un besazo Luisina

Anónimo dijo...

Un relato muy hermoso retratas la verdad de una mujer trabajadora ya la vez cariñosa


Raquel