CUESTIÓN DE PATATAS
_ ¿Qué hay para comer?
_Patatas guisadas.
La respuesta tajante y un tanto agria,
le dejó con la
frase ¡otra vez! a las puertas de la boca. Otro día
más, las
patatas eran las protagonistas a la hora de comer.
Samuel con gesto de hastío, se acercó a
la mesa y
esperó que la madre le llenara el plato de patatas,
porque no había
nada más que eso.
_No sé porqué preguntas que hay para
comer, sabes
bien que es lo único que tenemos y da gracias que
puedes llenarte
el estómago. Otros, ni eso así que no
me hagas siempre la misma pregunta –le dijo la
madre mientras
depositaba un plato rebosante de
patatas. Sin contestar, cogió la cuchara y
comenzó a comer. Con éste
único plato Rosa trataba de que su hijo y ella, no pasaran hambre. Era consciente
que Samuel necesitaba una alimentación que le aportara unos nutrientes, que le
dieran más vigor.
La vida había
dado un giro inesperado para ella.
Abandonada
por un marido que había desaparecido
de un día para otro sin más
explicaciones.
Sola con un
hijo pequeño que alimentar y dar
educación, se enfrentó a la dura realidad.
Buscó más
trabajo para añadir un poco más de dinero al que ganaba de asistenta
laboral. Los gastos de una pequeña vivienda se tragaban más de la mitad de los
escasos sueldos que tenía. Éstos eran mínimos y sin embargo, era explotada sin
pudor alguno.
Cuando
llegaba por la noche a su casa lo primero que
hacía, era ir a la habitación de
Samuel. Éste ajeno a
los sinsabores de su madre dormía.
Depositaba un
beso en la frente y salía dispuesta a seguir trabajando. Lavar, planchar y
cocinar las inevitables patatas. Cuando se iba a la cama, le quedaban pocas
horas para volver a levantarse y volver a repetir todo.
Estaba
cansada, derrotada y desmoralizada.
Cansada, porque el día se hacía pequeño
para todo el trabajo que inalterablemente hacía hora tras hora.
Derrotada por
un tiempo inesperado, lleno de
añoranza por ser mujer amada, deseada y ahora,
carente de todo eso. Estaba sola y esa soledad le
hacía daño. Necesitaba tener
a su lado alguien para
poder apoyar su
cabeza y sentir ese amor, ese calor
que ahora estaba eclipsándose. Desmoralizada
por ser el punto en el cual, convergían todos los problemas que un día sí y
otro también, le abrumaban. Era muy difícil
que ella se desmoralizara. Nunca vio las cosas oscuras, pero ahora las
fuerzas menguaban día a día.Cuando se
miraba en el espejo, veía el rostro de una mujer con semblante triste,
avejentado y una mirada que denotaba una profunda amargura. Más de una vez, se
había dicho mientras veía la imagen reflejada en el espejo:“Tienes que luchar y
no dejar que nadie te haga más daño. Sé que alguien me ayuda y no me dejará
sola. Tengo un hijo y es suficiente motivo para seguir viviendo para él, darle
mucho cariño y que la fuga de su padre le afecte lo menos posible”
Tres veces a
la semana iba donde vivía la señora
Pilar. Eran
las mejores horas de su trabajo. Mujer
risueña, excelente conversadora y
muy cariñosa con ella.Desde el
primer día supo de la situación en la que estaba y en ella, encontró ese cariño
de la que estaba muy necesitada.
Huérfana
desde hacia unos años, echaba y necesitaba una madre que le diera esa fuerza y ese
cariño que tanto precisaba. Seguía llorándola siempre que su imagen venía a
ella. El recuerdo era tan persistente que pasaría mucho tiempo hasta que
lentamente se fuera.
Cada dos
días, Pilar le daba una bolsa con una botella de leche, galletas y alguna
naranja. “Es para el niño, necesita
alimentarse para estar sano y crecer”Era una gran
ayuda y su agradecimiento se volcaba en quererla y hacerle la vida más dulce.
Entre Pilar y un primo que desde un principio se interesó de los problemas que
tenía, no dudó en darle lo que tenía: patatas. Agricultor de dicho tubérculo,
cada cierto tiempo le enviaba un pequeño saco. Había veces que éstas,
venían acompañadas de algunas cosas más.
Sí,
verdaderamente nunca se está solo, aunque lo
creamos viendo las desdichas que
nos acosan constantemente. Recogió los cacharros,
la ropa sucia en el cesto y
se fue a la cama.
-“Un día más que se fue – se dijo,
mientras se
acostaba. Repasó las horas que más le interesaban.
Horas dedicadas
a su querido hijo. Ahora le dolía el
trato y palabras que le había dicho a la
hora de
comer.
-¡Dios, perdóname! Que injusta he sido con mi
pequeño. Él no
tiene la culpa del revés que hemos
tenido. Nada más que tenga algo de dinero
ahorrado, le llevaré al cine a ver una película de sus
héroes preferidos. Le
compraré ropa, pues la que
tiene está pequeña y desgastada.
Sé que le estoy haciendo responsable de cosas que
no debía
hacer, como saber que cuando llegue a casa
después del colegio, estará solo.
Las llaves las tenía
un vecino que vivía arriba. Hacer los deberes sin que
nadie le ayudase, cenar e irse a la cama.
Tengo que hacer frente a éste desafío que las
circunstancias
me han puesto en mi camino.Asumir
sin
temor alguno y desaliento. Ese es mi reto.
Trabajaré todo lo que pueda y
esperar, que el
mañana siempre será mejor, aunque sea cuestión de
patatas.
Con una
sonrisa se dio la vuelta y cerró los ojos.
R.P.00/2015/1711
León-14-8-210
*Dedicado a todas las mujeres
trabajadoras.
15 comentarios:
Felicidades a todas las mujeres trabajadoras, que sean felices dentro de lo que cabe
Carla
Se va a celebrar el día de la mujer trabajadora, yo creo y pienso, que debían ser todos los días del año, ya que las mujeres desde que tenemos uso de razón, trabajamos o bien en casa o fuera ¿no?
Maura
Todas las mujeres somos trabajadoras un ¡¡Bravo!! por ellas
Feder
Es un relato muy tierno, la lucha de na madre siempre es admirable
Alicia
Estas personas que valientes son a pesar de todo, muy bonito
Luna
Das en el clavo al relatar los sufrimientos de una madre con su hijo, es para pensarlo
Loli
Muy hermoso el relato del día de la mujer trabajadora, me ha gustado mucho
María
Mujer tenías que ser para escribir este relato tan bonito, felicidades
Pablo
Las mujeres siempre son muy valientes y nada se les pone por delante y más si tienen un hijo al que atender
Angelina
Como mujer que soy, te doy las gracias por este artículo tan entrañable
Emilia
En este relato retratas muy bien a la mujer que trabaja y cuida de su hijo con todo amor, gracias muy hermoso
Arantxa
Hermoso y triste a la vez, es una madre y....lucha!!!
Felicidades a todas las mujeres hoy y todos los días, ánimo para seguir luchando por nuestros huertos derechos!!!
Un besazo Luisina
Justos derechos, quería decir
Hermoso y triste a la vez, es una madre y....lucha!!!
Felicidades a todas las mujeres hoy y todos los días, ánimo para seguir luchando por nuestros huertos derechos!!!
Un besazo Luisina
Un relato muy hermoso retratas la verdad de una mujer trabajadora ya la vez cariñosa
Raquel
Publicar un comentario