EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

sábado, 16 de mayo de 2020

caminos


                                     



El Camino del amor, el camino del miedo - Raquel Gargallo | Coach ...


                               


                                         C A M I N O S
 






Dicen, que todos los caminos llevan a Roma. No 

sé quién lo dijo, pero para llegar ahí, hay que dar 

muchas “patadas”, tener buenas piernas y lo más 

importante, una cartera bien repleta, aunque 

hay mucha gente que no sé cómo se las arregla, 

pero siempre tienen suerte, de lo que me alegro.

Caminaba sin rumbo  mientras iba pensado en cosas. 

Poco a poco, los pasos me llevaron a una zona muy 

tranquila. Estaba muy frondosa, no dejaban ver el 

sol que era tapado  por los grandes árboles muy 

cargados de hojas.

Se respiraba mucha paz  y tranquilidad. Según me 

fui adentrando por un camino de pequeñas losetas 

que, ignoraba dónde me llevaría puesto que era la 

primera vez que iba allí.


“Todos los caminos nos conducen a Roma” la frase 

vino a mi mente, mientras proseguía el caminar.

Era un claro que  al  final había un precioso 

tranquilo lugar con pérgolas en las que había 

plantas  enraizadas unas con otras, que colgaban 

dejando ver flores de un color maravilloso. El 

espectáculo era todo un lujo, si se sabía apreciar 

el conjunto. Una fuente en el centro, arrullada 

por jardines llenos de rosas que dejaban escapar el 

aroma tan suyo. Los bancos que había estaban 

salpicando el centro.  

Me paré ante lo que mis ojos veían “¡Qué 

maravilloso! –musité en voz baja. Sólo tenía ojos 

para admirar lo que ese rincón alejado de un 

ruidoso y cada vez más alterado mundo, me 

ofrecía “Está   detenido, nada le altera” _volví a 

decirme.

 Después de haberme saturado, regresé al  

presente y observé a las personas que sentadas 

en los bancos, parecían pasar de todo lo que a su 

alrededor  había.

Miré  uno a uno ¡Dios! Estaban ausentes, sus 

miradas así lo atestiguaban.

Se refugiaban de su soledad y abandono en ese 

lugar tan hermoso, para no sentir su corazón que 

lentamente se apagaba.

“Un anciano querido, es como un invierno  con 

flores” –era un proverbio Alemán, que se hizo 

dueño de mi mente al verles.

Allí rodeados de flores, deseaban sentirse 

queridos. 
Me di la vuelta, mis ojos estaban arrasados de 

lágrimas.












León 16 Septiembre 2011



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un artículo lleno de encanto y muy sereno.


Mª Luz

Anónimo dijo...



qué pena ver esas personas tan solas, nadie les da ni un buenos días, pensar que todo es asi es una pena


Margarita

Anónimo dijo...

Las personas que están solas es la mayor tristeza que hay, ayúdales



JUAN

Anónimo dijo...

Un artículo lleno de amor por todos esos ancianos que están a nuestro lado


Mercedes