RACISMO
Hasta hace unos años, esta palabra o doctrina, como
la define el
Diccionario, no estaba tan en auge o nos
golpeaba como hoy lo hace. Y no es que
precisamente ahora seamos racistas; sino que lo
somos desde tiempos
inmemoriales y quien diga lo
contrario, miente.
Dejemos aparte ese número indeterminado de
personas que se
“creen” antirracistas, ahora,
afortunadamente, somos personas conscientes y
aceptamos más a ese amigo o compañero de
distinta raza o color.
Aunque esa conciencia a
la mayoría nos haya
llegado tarde, para algunos nunca llegará. Existe
una cifra difícil de fijar, dado la preeminencia de
ciertas razas humanas que jamás lo
aceptarán.
Uno de los casos más tristes y avergonzantes para
la humanidad, está en la era nazi. Todos
sabemos
ya, el delirio de grandeza tan exorbitante que tenía
el que comandaba
tal grupo. Masacres y exterminios
salvajes, fueron la nota dominante de su
corrompido
mandato. Quiso crear una raza superior a las demás
y,se valió de
los métodos más atroces para
exterminar a miles y miles de seres humanos. Fue
tan ruin que incluso en los Juegos Olímpicos
celebrados en Berlín en el año
1936, tuvo la grosería
de no querer saludar al ganador de la medalla de oro
en
el salto de longitud, sólo porque era de raza
negra. Era una gran afrenta para
él, ya que se
pretendía una raza superior.
Hoy, somos muchos los que, nos congratulamos de
tener en
nuestros equipos favoritos a una persona
que, pese a ser de distinta raza, nos deleita con sus
espléndidas jugadas.
Se le admira y
quiere sin importarnos su color, sino
su destreza en la habilidad que demuestra en el
deporte que práctica.
Hace un par de siglos, nació en Gotha (Alemania),
JOHANN FRIEDRICH BLUMENBACH, biólogo y
taxonomista. Este
señor escribió un montón de años
antes que
DARWVIN y creía que el HOMO
SAPIENS, había
sido creado en una única región y
que
después, se había extendido por el globo. Luego
dividió a la raza humana en
cinco, y llegó a la
conclusión, de que somos una comunidad de
MONOGENISMO.
Seguía escribiendo que, nuestra diversidad racial,
surgió como
consecuencia de esta dispersión por
otros climas y topografías, y también por
la adopción
de modos de vida diferentes en regiones distintas.
Tales cambios, les refirió a “degeneraciones”, que se
produjeron directamente por las
diferencias de
clima y hábitat.
BLUMENBACH, convencido de la superficialidad de
la variedad racial,
defendió la unidad mental y moral
de todos los pueblos.
Con estos pequeños datos, llegamos a una
conclusión: Todos los
seres humanos, provienen de
una misma raíz y la diversidad de razas es producto
de los diferentes hábitats.
Esta lección, parece ser muy difícil de aprender, ya
que
seguimos tropezando una y otra vez en la
misma piedra el racismo; y es una
asignatura
pendiente que llevamos demasiado tiempo
suspendiéndola.