EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

lunes, 2 de julio de 2018

¿QUIÉN CORRE MÁS?







¿QUIÉN  CORRE  MÁS?

           
 
Llega una edad que el tiempo ya no juega con nosotros. 

Pasa de largo y ¡qué  manera de pasar! Las fechas más 

significativas de nuestra vida, se suceden unas a otras con 

mucha rapidez eso comprobamos cada vez que, 

deshojamos el almanaque hoja a hoja.

Más de una vez hemos echado la vista atrás y decimos con 

nostalgia lo feliz que fuimos tal día, aunque el motivo visto 

ahora, sería de lo más nimio. Revivimos con notable nitidez, 

detalles que nos hicieron reír con esa risa tan fresca o llorar 

con desconsuelo ante un hecho injusto.

Juegos que nos mantenían horas y horas disfrutando, 

sacando nuestra destreza e ingenio. Esas travesuras que 

desquiciaban y enfadaban a los que las sufrían.

Los años tan esplendorosos  de nuestro paso por el colegio, 

porque los amigos y compañeros que allí se hicieron, nunca 

morirán en nuestro recuerdo. De una u otra forma, siempre 

estarán ahí.

Cuando nos encontramos con un compañero de “pupitre”, 

es inmensa nuestra alegría. Los años regresan frescos, 

lozanos como si estuvieran en la cola esperando su turno. 


Alborozados nos excluimos  por un tiempo, de todo lo que 

nos rodea.  Añoramos todo lo que formó parte en ésos años.


-¿Te acuerdas de cómo Doña Resti nos castigaba

-¡Uf! Es difícil de olvidar. Todos los sufrimos.

-Unos más que otros. A Teresina ¡le tenía una manía! Todos 

los rotos recaían en ella.

-Era una chica muy bobalicona y la verdad creo, que todos 

nos aprovechamos de su simpleza.

-¡Qué bichos éramos! Nada nos detenía.

-¿Recuerdas a Felipe?

-Jajaja y, ¡quién no! Lo que nos reímos cuando salió de la 

fuente chorreando.

-¡Pobre chaval! Seguro que su madre le zurró bien.

-Es que era muy temerario. A pesar de ser difícil llegar 

dónde esta el chorro, para él fue todo un reto.

-Y, ¿qué me dices del día que tocaba “fregar” los pupitres?

-¡Oh, qué recuerdos! Bonitos de verdad.

-¡Vaya competencia que había! Raquelita y comparsa, eran 

las mejores.

-Es que además de ser el grupo más adelantado, sus 

familias eran de alguna manera pudientes. Lo que llevaban 

era todo un “arsenal” de limpieza.

-Así todo, era una mañana gloriosa. Cuando se terminaba la 

limpieza se ponían al sol para que se secaran.

-¡Nosotras sí que debíamos de estar al sol! Abusábamos 

muchos de la manga.

-Ya, pero lo bien que se pasaba, era para recordar siempre.

Cuando nos despedimos la puerta se cierra y volvemos al 

presente. Nuestro sabor de boca es agridulce.

Comentamos con alguien nuestro encuentro y dejamos salir 

toda esa niñez, que aún queda en nosotros al repasar una 

felicidad  pura que anidó en nuestro corazón.

-¡Fue maravillosa! Estaría todo un día hablando. Del tintero 

que había en el pupitre y las malas pasadas que nos

jugaba. Basta que estuviese recién limpio para que se nos 


derramara su tinta.Del mes de Mayo y el encanto que tenía. 

En el salón en el cual día a día, se celebraba un acto         

que duraba una hora más o menos, era grande y enfrente 

según se entraba, estaba la imagen de La Virgen. Al estar el 

mes dedicado a ella, le rendíamos todo nuestro amor y con 

fervor, rezábamos un largo rosario.

Era muy agradable el estar allí. El sol entraba por los 

grandes ventanales quedaban al patio.

Flores de todos los tamaños y colores, dejaban escapar un 

delicado aroma que se expandía  por el recinto.

Mientras rezábamos el avemaría, la vista recorría los 

muchos tarros con flores, que a los pies de La Virgen le 

rendían nuestro cariño.

Sí, porque nosotras teníamos el deber de llevar las flores. 

Las “pudientes” llegaban con ramos de floristería, pero las 

que no podían, iban a los campos que estaban exuberantes  

a recoger las más bonitas.

Margaritas, campanillas, malvas etc. Los ramos eran 

preciosos por su variedad y colorido, además del olor tan 

fresco y natural. Felices por ofrecer nuestro regalo a La 

Virgenlo mimábamos cambiando el agua dos, tres veces 

hasta el día siguiente que iba a engrosar la fila.

Ahora, te da respelú mirar el almanaque porque de una 

manera implacable, te recuerda el tiempo que has vivido, el 

tiempo que has desperdiciado, el tiempo ¿qué te queda…?













r.p.00/2008/1318

León 22-2-2007








4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdos de una niñez que estoy segura que fueron maravillosos




Maribel

Anónimo dijo...

Un precioso recuerdo de niñez, ahora creo que ya no es igual



Mº Carmen

Anónimo dijo...

Esos recuerdos jamás se pueden olvidar y, más cuando eres una niña y estas rodeada de otras





Rosa

Anónimo dijo...

No sé el por qué corremos tanto si, todo está ahí. Solo tenemos que esperar a que llegue



Carlos