EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

viernes, 1 de junio de 2018

ROSAS PARA ELLA











                                    ROSAS  PARA  ELLA


Las flores y plantas, siempre han sido algo muy 

especiales para mí. No es de extrañar por tanto, que 

viva rodeada de ellas y que sea mi punto de mira 

cada día. Las quiero tanto, que a veces envidio el 

mundo tan callado y hermoso que tienen.

Ellas florecen y viven para mí. Calman mi angustia y 

el contemplarlas me llena de paz. Aspirar sus 

perfumados pétalos, satisface todos mis sentidos. Es 

el más bello regalo que su creador nos ha dado, para 

el disfrute de los seres humanos con un horizonte 

claro, y con un corazón grande e imaginativo.

No tengo predilección ni por los colores, ni por las 

muchas especies que existen. Cada vez que compro 

o me regalan un ramo de rosas, guardo los pétalos 

de una de ellas entre las hojas del libro que estoy 

leyendo o acabo de terminar.

Hace años que vengo realizando este rito, por 

llamarlo de alguna manera. Es una de las cosas más 

hermosas que mi padre me trasmitió: su amor a las 

flores. La admiración que me producen su aroma,  

color y  belleza, es algo superior a mí intelecto como 

para poder descubrir lo que mi ser siente.

Hace unos días, dejé un libro a una persona. Esta, al 

ojearlo, no pudo impedir que unos pétalos secos y 

laminosos, cayeran al suelo. Con sumo cuidado los 

recogí, y mientras los volvía a meter entre las hojas 

del libro le dije:

Por favor, no me pierdas ninguno. Son algo muy 

especiales  para mí.”

Hace muchos años que mi padre murió, pero su 

imagen siempre perdurará en mí. Cuando venía de 

trabajar, prendida en su boca, traía una rosa para mi 

madre. Desde que florecían hasta que morían, 

siempre había una rosa para ella. Era una callada

 declaración de amor. Todos los días, a través de la 

hermosura y aroma de esa flor, mi padre le 

transmitía todo lo que en su corazón nacía.

Yo, silenciosa espectadora de esos momentos, no 

sabía aún la grandeza de ese acto, y antes de que se 

secaran, guardaba los pétalos en uno de  mis libros.

Sin saberlo, entre sus páginas, iba a conservar un 

amor que no necesitaba palabras para expresarlo. 

Ahora sé, que en cada pétalo de esa rosa hay una 

palabra, un suspiro, un te quiero...








*DEDICATORIA: En memoria de mi padre al que 

jamás olvidaré.

León, 15 Noviembre 1992


6 comentarios:

Anónimo dijo...

HAY MOMENTOS EN LOS CUALES DEJAS SALIR TODO LO QUE EL CORAZÓN GUARDA, TÚ HAS DEJADO QUE SALGA EL AMOR QUE PROFESABAS POR TU PADRE



CARMEN

Anónimo dijo...

El amor que sentía por ella, se veía a cada momento



Asun

Anónimo dijo...

Me ha dejado muy triste el leer este artículo, recordé a mi padre y no pude guardar ni un pétalo



Carol

Anónimo dijo...

Esas lecturas tan bonitas, me agradan, pues me traen recuerdos muy hermosos


Heerminia

Anónimo dijo...

¡¡Qué hermosa es tu forma de recordar a tu padre.Me ha dejado un corazón lleno de amor



Rocio

Anónimo dijo...

El amor de tu padre a tu madre, fue hermoso, todos los días se lo demostraba con una flor





Rocio