ROSAS PARA
ELLA
Las
flores y plantas, siempre han sido algo muy
especiales para mí. No es de
extrañar por tanto, que
viva rodeada de ellas y que sea mi punto de mira
cada
día. Las quiero tanto, que a veces envidio el
mundo tan callado y hermoso que tienen.
Ellas
florecen y viven para mí. Calman mi angustia y
el contemplarlas me llena de
paz. Aspirar sus
perfumados pétalos, satisface todos mis sentidos. Es
el más
bello regalo que su creador nos ha dado, para
el disfrute de los seres humanos
con un horizonte
claro, y con un corazón grande e imaginativo.
No tengo predilección ni por los colores, ni por las
muchas especies que existen. Cada vez que compro
o me regalan un ramo de rosas,
guardo los pétalos
de una de ellas entre las hojas del libro que estoy
leyendo
o acabo de terminar.
Hace años
que vengo realizando este rito, por
llamarlo de alguna manera. Es una de las
cosas más
hermosas que mi padre me trasmitió: su amor a las
flores. La
admiración que me producen su aroma,
color y belleza, es algo superior
a mí intelecto como
para poder descubrir lo que mi ser siente.
Hace unos días, dejé un libro a una persona. Esta, al
ojearlo, no pudo impedir que unos pétalos secos y
laminosos, cayeran al suelo.
Con sumo cuidado los
recogí, y mientras los volvía a meter entre las hojas
del
libro le dije:
“Por favor, no me
pierdas ninguno. Son algo muy
especiales
para mí.”
Hace muchos
años que mi padre murió, pero su
imagen siempre perdurará en mí. Cuando venía
de
trabajar, prendida en su boca, traía una rosa para mi
madre. Desde que
florecían hasta que morían,
siempre había una rosa para ella. Era una callada
hermosura y aroma de esa flor, mi padre
le
transmitía todo lo que en su corazón nacía.
Yo, silenciosa espectadora de esos momentos, no
sabía aún
la grandeza de ese acto, y antes de que se
secaran, guardaba los pétalos en uno
de mis libros.
Sin saberlo, entre sus páginas, iba a conservar un
amor que
no necesitaba palabras para expresarlo.
Ahora sé, que en cada pétalo de esa
rosa hay una
palabra, un suspiro, un te quiero...
*DEDICATORIA: En memoria de mi padre al que
jamás olvidaré.
León, 15 Noviembre 1992
6 comentarios:
HAY MOMENTOS EN LOS CUALES DEJAS SALIR TODO LO QUE EL CORAZÓN GUARDA, TÚ HAS DEJADO QUE SALGA EL AMOR QUE PROFESABAS POR TU PADRE
CARMEN
El amor que sentía por ella, se veía a cada momento
Asun
Me ha dejado muy triste el leer este artículo, recordé a mi padre y no pude guardar ni un pétalo
Carol
Esas lecturas tan bonitas, me agradan, pues me traen recuerdos muy hermosos
Heerminia
¡¡Qué hermosa es tu forma de recordar a tu padre.Me ha dejado un corazón lleno de amor
Rocio
El amor de tu padre a tu madre, fue hermoso, todos los días se lo demostraba con una flor
Rocio
Publicar un comentario