EL PUENTE DE LOS SANTOS
Ante nosotros van desfilando las
maravillas de
Praga. Ahora se trata del ncreíble puente de Carlos
IV, que cruza el romántico río Moldava, uniendo dos
partes de la ciudad, a cuál más interesante. Este
puente, refugio ahora de vendedores, artesanos u
orquestas de jazz, actualmente es peatonal; no es
fácil avanzar porque está abarrotado de turistas,
gentes de todo tipo y de los más diversos países. Su
originalidad es que está jalonado de estatuas de
santos y de crucifijos.
Praga. Ahora se trata del ncreíble puente de Carlos
IV, que cruza el romántico río Moldava, uniendo dos
partes de la ciudad, a cuál más interesante. Este
puente, refugio ahora de vendedores, artesanos u
orquestas de jazz, actualmente es peatonal; no es
fácil avanzar porque está abarrotado de turistas,
gentes de todo tipo y de los más diversos países. Su
originalidad es que está jalonado de estatuas de
santos y de crucifijos.
Pero el “santo” de Praga es sin duda San Juan
Nepomuceno, mártir del secreto de confesión, que
fue torturado por Wenceslao IV y cuyo cuerpo fue
posteriormente arrojado al río desde este histórico
puente. Su estatua aparece en Praga por todas las
partes y en Europa Central se suele poner en los
puentes.
Pasamos al otro lado y nos dirigimos a hacer una
visita obligatoria. ¿Quién no ha oído hablar del Niño
Jesús de Praga? En la iglesia de Santa María de las
Victorias, el “famoso” Niño Jesús de Praga recibe la
visita de muchísima gente, devotos italianos y
españoles sobre todo, bastantes religiosas con sus
hábitos, que no nos son tan familiares. La exposición
de túnicas del Niño, auténticas joyas bordadas
ricamente y traídas de todos los países más lejanos,
merece una visita aparte.
León- 17-3-2018
2 comentarios:
Es precioso, ver todos los santos, su arquitectura, su ambiente en fin bonito
Mercedes
Yo estuve hace unos años allí y, tengo un recuerdo imborrable
Laura
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