EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

martes, 18 de abril de 2017

LA PIEL DE GALLINA



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LA  PIEL  DE  GALLINA



Los ingleses dicen “carne de pato” y es una especie 

de erizamiento de los poros de la piel que nos 

recuerda a las aves desplumadas. ¿Qué lo provoca? 

Es la respuesta a estímulos como un sobresalto, 

susto, frío o estremecimiento. En realidad, todos 

estos se refieren a un descenso de temperatura 

corporal, sea por causas ambientales o internas.

En la parte más profunda de la dermis están las 

glándulas sudoríparas, el tejido graso, los bulbos 

pilosos y una fina musculatura. Si hay un exceso de 

calor, se abren para liberar sudor y contribuir al 

enfriamiento corporal por evaporación. Si hace frío, 

se contraen y cierran para evitar la pérdida de calor.


Cuando este grupo muscular se contrae, el poro se 

cierra, la piel forma un bultito alrededor del folículo y 

el pelo se eriza, resultando así la piel de gallina. Al 

erizarse el pelo, se hincha en su conjunto y 

proporciona una capa aislante mayor. En la 

prehistoria (tenían más pelo) era un mecanismo muy 

útil para mantener el calor. El erizamiento del pelo 

ayuda a intimidar al oponente. Piensa en el oso o el 

gato amenazante.

                           

León -18-4-2017           

sábado, 8 de abril de 2017

GETSEMANÍ



             

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                       GETSEMANÍ                    



         

“ABBA, PADRE, TODO TE ES POSIBLE, ALEJA

DE MÍ ESTE CÁLIZ; MAS NO SEA LO QUE YO


QUIERO, SINO LO QUE TÚ QUIERES"




Jesús, hombre como nosotros, lanzó  un grito de 

angustia y manifestó la repugnancia natural de su 

ser hacia el dolor, la humillación y la muerte. Pero 

la voluntad del Padre, era que bebiera de aquél cáliz

y Jesús lo aceptó.

En Getsemaní, Jesús oró y sufrió. La oración fue su 

único apoyo, su consuelo y su refugio. 

Se encontraba en la hora de su pasión y de su 

muerte.

“ORAD PARA QUE NO ENTREIS EN TENTACIÓN”


Les dijo a sus Apóstoles. Por tres veces se 

había acercado a ellos y les había encontrado 

dormidos. La fatiga de una jornada llena de 

hechos cargados de emoción, se había unido a 

los trágicos acontecimientos que ellos intuían 

inevitables. Jesús les había invitado 

insistentemente a la oración, ante la difícil 

misión que les esperaba.

 

“VED AQUÍ, QUE YA SE ACERCA LA HORA, Y EL 

HIJO DEL HOMBRE  VA A SER ENTREGADO EN 

                MANOS DE PECADORES”



Les dijo a sus discípulos, pues se cercaba la 

hora de la amargura, de la tristeza, del 

abandono y el sufrimiento. El cáliz no podía ser 

bebido sin sacrificio.

    
    
“SI ERA POSIBLE, PASARA DE ÉL AQUÉL CÁLIZ”


Suplicó al sentir el temor y la angustia. El 

sufrimiento cruel y el estado de extenuación de 

su cuerpo, hizo que sudara gotas de sangre.

La agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní, 

manifiesta su extraordinaria capacidad de sufrimiento

y de dolor.

¡Qué lejos estamos nosotros de soportar el más 

mínimo dolor! Nos acobarda, nos aterra el saber 

o percibir que algo falla en nuestro cuerpo. 

Nuestra fragilidad la notamos cuando se 

manifiesta y es tal el temor que nos infunde 

pensar en el sufrimiento que nos espera, que la 

mayoría de las personas regresamos a esa fe 

perdida, esperando que Dios sea generoso y 

aleje de nosotros ese cáliz que tanto nos amarga.


Cuando vemos que no obtenemos ese privilegio, 

nos desmoralizamos y somos incapaces de ver o 

sentir en lo más profundo de nuestro ser, que es 

una de las muchas pruebas que Él nos envía. En 

vez de aceptarlo, nos revolvemos y hasta 

maldecimos su Nombre. No admitimos bajo 

ningún concepto, haber sido engañados por 

alguien que nos da, lo que no deseamos.


Buscamos el consuelo en la familia o en los 

amigos, pero esto rara vez nos lo pueden dar. 

Saben que el dolor y el sufrimiento es algo que 

jamás se puede eludir.




En resumen: Nunca seremos capaces de aceptar el 

beber de ese cáliz porque nuestra fe se está 

perdiendo. Carecemos de esos valores espirituales 

que no restan ni un ápice a nuestra integridad y sí 

nos ayudan a poder afrontar nuestro destino.











R.P.00/2011/3021

León 15, Enero 1998


sábado, 1 de abril de 2017

TIERRA DE NADIE




                   
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                TIERRA  DE  NADIE



La Tierra es un planeta terrestre significa: un cuerpo 

rocoso. Eso es más o menos en pocas palabras para 

definir lo que aprendí en el colegio cuando era 

pequeña. No era de nadie, hasta que fue

“descubierto” y comenzó una lenta degradación en 

ella. La superficie esta cubierta de agua 70, 8%.

Poco a poco, la humanidad fue llegando,instalándose 

en pequeños territorios. Era una raza muy tosca con 

todos los sinónimos: 

Bastos, rudos, incultos, burdos y tremendamente 

feos. Carecían de todo: comida, vestido y dónde 

resguardarse.




Con el paso del tiempo, hablamos 

de millones y millones de años. 

“Algo” de inteligencia salió en 

alguno de las duras cabezas y 

trataron de llenar su estómago, 

pues no sabían cómo se llamaba, cazando 

pequeños animales que, había a su alcance todo les 

valía de esa caza: huesos, piel, dientes etc.

Comenzaron a tapar un cuerpo feo, sucio y mal 

hecho ya que los cambios de temperatura, así lo 

aconsejaba, aunque ellos aún no sabían de las 

estaciones.

Tozudos y guerreros, después de años, estaban todo 


el santo día dándole con sus toscas armas por 

“quítame esas pajas”, pues como no tenían otra cosa 

que hacer, defendían lo poco que tenían.

Luego, los tiempos cambiaron y los pequeños grupos 

se iban haciendo más guerreros. Combatían con 

tribus que no conocían, pero su forma de “entablar 

amistad” era romper la crisma con el grueso garrote 

que habían hecho. Si ganaban nunca supieron cuál 

era su premio y, si perdían, regresaban mal 

estrechos, con el cuerpo brutalmente herido.

Más mal que bien, las chozas de barro y paja, iban 

creciendo. La caza de animales más grandes, eran 

buenas. Aprendieron a pescar y el fuego hizo acto de 

presencia. Era el descubrimiento más preciado. Pero 

las guerras seguían más crueles, y más muertos.

Y, La Tierra comenzó a dividirse en pequeños y 

grandes trozos, al principio a medida que se iban 

instalando en ella.

De la noche a la mañana, ésta tenía su precio. No se 


sabía el cómo y el porqué tenía dueño ¿Quién era el 

verdadero dueño? ¿…? ¿A quién se la habían 

comprado? Enigmas del pasado, se diría. Pero 

estamos en el presente y hoy La Tierra ya no es ese 

hermoso planeta azul y verde. Lo hemos estropeado 

todo y éste muy dolido, de vez en cuando deja ver 

su enfado: inundaciones, terremotos, destrucción 

total de países etc.

Algún día un pequeño trozo de La Tierra, albergará 

nuestro cuerpo cuando haya concluido nuestro paso 

por ella. Tierra que tendremos que pagar para ser 

enterrados en ella y, volvemos a preguntarnos 

¿quién es el dueño de La Tierra?









*Un  homenaje a nuestro Planeta Tierra
R. P. intelectual 00/ 2011/ 3013
León 14-5-2003