EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

sábado, 6 de febrero de 2016

MARTES DE CARNAVAL

                                      
                                                     

 


                                          
                             “Un martes de carnaval,
                                 de gitana me vestí y
                              en un gran salón de baile
                           a mi novio perseguí"

No, no me vestí de gitana como dice la canción, aunque siempre he soñado con hacerlo. Una gitana cingara morena, de  ojos brillantes con una mirada profunda y llena de encanto.  El pelo largo, ondulado y  negro. Boca sensual  de labios frescos y prestos a besar.  Hermosa, misteriosa, que me movía con la elegancia de una Hurí al compás de una música llena de notas vibrantes, que cimbreara el cuerpo con movimientos de lujuria.

Buscar en el salón  de baile entre los hermosos danzantes con sus vistosas vestiduras  de época a mi gran amor. Echar la buenaventura en manos  finas, de largos dedos y dejar volar mi fantasía en sorprendentes vaticinios. Repartir la suerte en los amores no correspondidos,  con ese beso tan ansiado y que tanto se desea. Dejarme abrazar, sentir mi corazón palpitar, cerrar los ojos y no desear más.
        
         Los carnavales se hicieron para dar rienda suelta a nuestros más
oscuros y ocultos deseos. Tergiversamos  todo. Nuestro comportamiento es desconocido para los de fuera y para nosotros mismos. Aparcamos en el lugar mas lejano nuestra educación, nuestra personalidad y  por esa fecha  ¡zas! Nos vestimos de eso que está latente  en lo más profundo. Es carnaval, decimos, para justificar tal cambio.

Hay carnavales para todos los gustos. Unos suntuosos como los de Venecia. En esos días personas anónimas, se transforman en personajes llenos de secreto tras la máscara más hermosa y, con un fastuoso ropaje. El encanto que desprenden, no nos dejan indiferentes ¿Quién no se ha sentido fascinado al ver una mujer pasar, con ese halo de misterio escondida tras esa máscara? ¿Cómo es? ¿Qué oculta? –nos preguntamos. Luego, están los de siempre; tradicionales en cantidad de pueblos y ciudades.
 

Además de reírme por la fantasía y variedad  que hay, admiro la franqueza que mucha gente demuestra al cambiar su ropa, aunque sea carnaval.
Si nos detenemos a pensarlo, veremos que todo aflora en nosotros de la forma más normal. Los disfraces que  esos días nos ponemos, son en realidad como quisiéramos ser, aunque discrepemos de forma rotunda en tal afirmación.

¿Quién no ha deseado disfrazarse de una persona importante, aunque en realidad es un don nadie? De bruja, con la escoba barriendo toda inmundicia que han cosechado los que rigen el mundo. De hermosa dama, enamorando a los ricos. Ser un pirata y asaltar los bancos repletos de billetes.
Dar caña con la murga a los políticos con chanzas a sus promesas no cumplidas y un largo etc…
La imaginación de algunas personas es fabulosa.  Me gusta el carnaval. Son días de jolgorio, risas, sana alegría. Olvidamos nuestros malos momentos, fracasos...
Un Martes de Carnaval, seguí esperando ese amor que no encontré en el salón de baile. No era mi día.
  






R.P.intelectual oo/2008/1319
León-13-2-2001

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Los carnavales... días de mucho misterio, amor y pasarlo bien


Carla

Anónimo dijo...



muy bien planteado y muy picaresco


Patricia

Anónimo dijo...

Es un buen artículo dado las fechas, muy logrado

Angelina

Anónimo dijo...

Tienes mucha imaginación para los personajes


Pablo

Anónimo dijo...


¡Qué artículo tan lleno de misterio! me encanta leerlo


María M.

Anónimo dijo...

Los carnavales son fechas para decir lo que nunca harías


Fedora

Anónimo dijo...

Me gusta como describes el carnaval, gracias


Tony

Anónimo dijo...

Ese baile de carnaval debía ser muy especial, como todos


Carmen