EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

domingo, 21 de febrero de 2016

LA CAJA DE PÁNDORA


                         





                     



                     LA  CAJA  DE  PÁNDORA





 Cierto día el poderoso Zeus decidió castigar a los 

hombres porque se habían vuelto malvados. Y 

ordenó a su hijo Hefesto fabricar una mujer. Con 

sus brazos vigorosos, el herrero divino la modeló 

hábilmente hasta hacerla en todo semejante a las 

diosas y le dio por alma una chispa de fuego divino.

Todas las diosas la admiraron y la colmaron de 

dones. Incluso el mismo Zeus, quien le dijo: Te 

llamarás Pándora. Tu nombre significa la mujer “de 

todos los dones”. A los que acabas de recibir añado 

este mío. Se trata de este cofre que llevarás contigo. 

Contiene todos los males que pueden hacer llorar, 

sufrir y destrozar a los hombres. Guárdate, pues, de 

abrirlo. Si lo hicieras, los males se esparcirán por la 

Tierra, donde el Destino la hizo ser esposa del rey 

Epimeteo, hermano de Prometeo. 

Pero Pándora no pudo contener su curiosidad y 

abrió el cofre, y de allí salió un humo denso, negro, 

acre… 

Eran todas las enfermedades, dolores, fealdades y 

vicios que irrumpían en la vida de los hombres.

Cuando todo el humo denso se esfumó del cofre, 

Pándora miró al interior y vio todavía un gracioso 

pajarillo de alas tornasoladas. Era la Esperanza, el 

único bien que queda a los mortales para consolarlos 

de su desventura.




 León 20-2-2016
                               
                                      

domingo, 14 de febrero de 2016

¿QUÉ SABEMOS DEL AMOR?



                 


                      ¿QUÉ  SABEMOS  DEL  AMOR?




¿Qué es el amor? ¿Cómo nace? ¿A qué se debe ese 

sentimiento? ¿Qué nos impulsa a entregarnos a ese 

ser? Son preguntas que nos hacemos, cuando 

nuestro corazón late desaforadamente por una 

persona determinada. Llegamos a cambiar tanto 

que,  incluso nos volvemos unos desconocidos  para 

los que nos rodean y para nosotros mismos.


¿En qué cambiamos? ¿Se nos nota tanto? 

Preguntamos con cierto aire de inocencia cuando 

alguien nos lo dice o bien, cuando nos enfrentamos a 

nuestra imagen reflejada en el espejo.

Cambiamos mucho y, ¡vaya si se nos nota! De ser 

personas individualistas pasamos a ser unos 

privilegiados al sentir en lo más hondo de nosotros, 

eso tan maravilloso que llamamos amor.


No todos los seres humanos llegan a tener esa 

posibilidad. Muchos lo neutralizan por alguna causa y 

otros jamás alcanzan la dicha que tanto anhelan.

Cuando nuestro cuerpo sufre las alteraciones propias 

de pasar de una etapa a otra, más de una vez nos 

hemos preguntado, ¿qué es el amor? Cuando la 

grandeza de esa palabra nos hiere el corazón.

“Es como una primavera que explosiona llena de luz 

y color. Luz que te ciega, te ilumina, no hay 

oscuridad. Todo es radiante, todo es color.  Días 

brillantes y luminosos que serían la envidia del 

pintor. El amor es dar y   recibir. Es el murmullo de la brisa del mar. El palpitar de la sangre”.

Y, ¿cómo nace? De forma imprevista. Podemos decir 

sin temor a equivocarnos.

“En el amor no existe el tiempo. Es una desconexión 

total de todo cuanto nos rodea. No se anuncia con 

campanas, ni trompetas. Aflora tímidamente como la 

tormenta y estalla incontenible cuando llega la 

pasión”


¿A qué se debe ese sentimiento? Definirlo es evocar 

todo lo que hay latente en nosotros.

“Nos hacer sentir frágiles y muchas veces, nada 

realistas. Nos conturba una mirada, un susurro. La 

cordura no encaja en nuestros actos”.


Me pregunto: ¿qué nos impulsa a entregarnos a ese 

amor? ¿Es química pura? En absoluto. Somos seres 

humanos creados para dar y recibir “Es un latir 

interior lleno de sensaciones, cuando relegamos 

nuestros miedos ante lo desconocido y hacemos  

ostensible nuestra entrega motivados por ese amor. 

Lo veneramos y es el centro que rige cada segundo 

de nuestro existir”.

Cuando llegamos a esa cima tan gloriosa, nos 

olvidamos de lo vulnerables que somos. Nada nos 

hace presagiar que la esencia de ese amor se 

evapore.


En esta vida todo lo que nace muere. Una flor, la 

hermosa crisálida, el deslumbrante arco iris...  Todo 

tiene su principio y su fin.


Un libro, una pieza musical, un amor que entró sin 

llamar, radiante y bello que nos hizo descubrir 

ideales, sueños, emociones... Y cuando llegó a su fin, la añoranza de esas caricias y besos, suscita en nosotros esos recuerdos maravillosos de  saber ¿qué es el amor?








R.P.intelectual 00/2008/1318

León-25-Mayo-1998

sábado, 6 de febrero de 2016

MARTES DE CARNAVAL

                                      
                                                     

 


                                          
                             “Un martes de carnaval,
                                 de gitana me vestí y
                              en un gran salón de baile
                           a mi novio perseguí"

No, no me vestí de gitana como dice la canción, aunque siempre he soñado con hacerlo. Una gitana cingara morena, de  ojos brillantes con una mirada profunda y llena de encanto.  El pelo largo, ondulado y  negro. Boca sensual  de labios frescos y prestos a besar.  Hermosa, misteriosa, que me movía con la elegancia de una Hurí al compás de una música llena de notas vibrantes, que cimbreara el cuerpo con movimientos de lujuria.

Buscar en el salón  de baile entre los hermosos danzantes con sus vistosas vestiduras  de época a mi gran amor. Echar la buenaventura en manos  finas, de largos dedos y dejar volar mi fantasía en sorprendentes vaticinios. Repartir la suerte en los amores no correspondidos,  con ese beso tan ansiado y que tanto se desea. Dejarme abrazar, sentir mi corazón palpitar, cerrar los ojos y no desear más.
        
         Los carnavales se hicieron para dar rienda suelta a nuestros más
oscuros y ocultos deseos. Tergiversamos  todo. Nuestro comportamiento es desconocido para los de fuera y para nosotros mismos. Aparcamos en el lugar mas lejano nuestra educación, nuestra personalidad y  por esa fecha  ¡zas! Nos vestimos de eso que está latente  en lo más profundo. Es carnaval, decimos, para justificar tal cambio.

Hay carnavales para todos los gustos. Unos suntuosos como los de Venecia. En esos días personas anónimas, se transforman en personajes llenos de secreto tras la máscara más hermosa y, con un fastuoso ropaje. El encanto que desprenden, no nos dejan indiferentes ¿Quién no se ha sentido fascinado al ver una mujer pasar, con ese halo de misterio escondida tras esa máscara? ¿Cómo es? ¿Qué oculta? –nos preguntamos. Luego, están los de siempre; tradicionales en cantidad de pueblos y ciudades.
 

Además de reírme por la fantasía y variedad  que hay, admiro la franqueza que mucha gente demuestra al cambiar su ropa, aunque sea carnaval.
Si nos detenemos a pensarlo, veremos que todo aflora en nosotros de la forma más normal. Los disfraces que  esos días nos ponemos, son en realidad como quisiéramos ser, aunque discrepemos de forma rotunda en tal afirmación.

¿Quién no ha deseado disfrazarse de una persona importante, aunque en realidad es un don nadie? De bruja, con la escoba barriendo toda inmundicia que han cosechado los que rigen el mundo. De hermosa dama, enamorando a los ricos. Ser un pirata y asaltar los bancos repletos de billetes.
Dar caña con la murga a los políticos con chanzas a sus promesas no cumplidas y un largo etc…
La imaginación de algunas personas es fabulosa.  Me gusta el carnaval. Son días de jolgorio, risas, sana alegría. Olvidamos nuestros malos momentos, fracasos...
Un Martes de Carnaval, seguí esperando ese amor que no encontré en el salón de baile. No era mi día.
  






R.P.intelectual oo/2008/1319
León-13-2-2001

lunes, 1 de febrero de 2016

LAS LLAVES DEL PERDÓN

                   





                     LLAVES  DEL  PERDÓN



_¿Dónde están las llaves?

_¿Qué llaves?

_Las que me dejé olvidadas hace tiempo.

_No he visto esas llaves.

_Tienen que estar por aquí.

_¿Por qué estás tan seguro?


_Porque fue en este lugar donde las perdí.

_Deben ser muy especiales cuando las buscas.

_Así es.

_Y, ¿no sabes en que lugar  pueden estar?

_¡Son tantos!

_No me puedes dar una pista.

_No.

_Eres callado y poco hablador.

_Los años perdidos son como esas llaves, que 

jamás podré recuperar.

_¿Qué tiene que ver los años con las llaves?

_Una relación tan llena de significados que nadie 

comprenderá.

_¿Por qué no te sinceras y me lo dices?

_Ahora sí me doy cuenta de lo callado que he sido. 

Jamás he dejado que mi corazón hable.

_Me confundes, no te puedo seguir ¿qué tiene que 

ver la pérdida de las llaves con lo que me dices?

_Mucho. Tengo que aclararte lo siguiente. Las 

llaves en sí, no se refieren a las llaves normales 

que conocemos.

_¿Entonces?

_Conocí a una mujer hace unos años que cautivó, 

pero yo no estaba preparado para ese cambio.

_Lo siento, sigo sin entenderte.

Sin dar respuesta, miró a la lejanía y todo su ser 

fue un libro abierto.




Perdí las llaves del amor, no supe dárselo

Perdí las llaves de la confianza. Dudé

Perdí las llaves entre los murmullo de la 

brisa,  di crédito a los murmullos.

Perdí las llaves del dolor  y, abrí su corazón al 

dolor.

Perdí las llaves entre los susurros, no supe 

acallarlos

Perdí las llaves por no tener la fuerza 

suficiente, para luchar contra la envidia.


Perdí las llaves, por no despertar de mi ceguera.

Perdí las llaves, por no poder respirar ante el 

agobio.

Perdí las llaves, de la sonrisa que se borró en 

sus labios.

Perdí las llaves, de esa paz que necesitaba 

anidar.

Perdí las llaves, del perdón desconocido para mí.


El silencio cubrió las últimas palabras.

_Lo siento amigo. Esas llaves tan especiales, solo 

se hacen una vez.

_Lo sé. Ese es mi castigo.








León 24 Marzo 2011