RETAZOS DE UN TIEMPO PASADO
Pasado, presente y futuro. Son tres palabras llenas de
nostalgia, ilusión e incógnito ¿Quién no tiene nostalgia de algo ya pasado?
Cuando ese antipático y ruidoso reloj que nos marcaba de modo implacable el
tiempo que nos queda para levantarnos e ir al cole, el que se nos fue, aquél no existía para
nosotros porque éramos libres de sus diminutas agujas y su monótono ritmo.
Los días se alargaban de forma increíble y había un tiempo
para todo. Ese pasado lleno de inocencia donde sobraba la falsedad y nacía a
cada instante la amistad verdadera.
Los amigos se multiplicaban para jugar e intercambiar los
cromos de los equipos de fútbol, animales,
flora etc. Dejarnos los tebeos y reírnos con sus historietas.
Esos zapatos que sólo nos poníamos los domingos. Le dábamos
betún y los cepillábamos una y otra vez, hasta que el brillo les hiciera
parecer nuevos.
La maestra, que con
toda su santa paciencia nos enseñaba a sumar, leer, cosa que nos costaba
bastante, pues el unir las vocales, con las consonantes, formar palabras y
escribir sin salirse del renglón, lo más difícil que algunos engordábamos la
línea con el lapicero etc.
Secaba nuestras lágrimas de dolor cuando la sangre brotaba de la rodilla a
causa de una caída. La risa fresca y cantarina que nacía pura y su eco no tenían
fin. Ese primer beso que
nos despierta de un largo letargo y nos anuncia que ya somos hombres o mujeres
y entramos en un nuevo capítulo lleno de ilusión. El presente está aquí sin saber por qué puerta se ha colado.
Cerraremos los ojos un instante para no dejar caer esa lágrima, y al abrirlos
veremos la ilusión del presente.
¡Cómo lo esperábamos! Entró sin anunciarse y con él, todos
los sinsabores desconocidos para nosotros hasta entonces. Fracasos, engaños, desamores y, una larga lista se unen a esa
desilusión tan actual que nos hace ser personas duras y olvidar con pasmosa
facilidad que tenemos un corazón grande para amar y lágrimas para llorar.
La sonrisa olvidada y en su lugar, muecas llenas de desdén y
presunción. El tiempo nos ata y controla cada momento de nuestras vidas. Nos
faltan horas en ese reloj que, años pasados,
ignorábamos y pasábamos de él.
La agresividad y engaño, nos apartan de ese círculo mágico
que es la sencillez. No valoramos nada. El consumismo nos desborda. No sabemos
apreciar lo que en su día nos llenó de felicidad. Orgullosos y vanidosos, nos
burlamos de quien intenta darnos su experiencia. No recordamos el pasado y con
él, lo felices que nos sentimos al deletrear y sumar por primera vez los
números en al pizarra.
En el presente, ahora mismo, cuando reímos la mitad de las
veces, éste es un acto tan forzado que más parece una mueca. Y es una pena,
porque hay dentaduras tan bellas que deberían estar a la vista con una franca
sonrisa el mayor tiempo posible
¿Por qué un beso ahora no nos lleva a un séptimo cielo?
Sencillamente porque estamos en un presente tan falto de romanticismo como de
pudor. Se despierta tan pronto, que cuando lo hacemos, la inocencia y el recato
son sinónimos de libertinaje.
¿Qué es el futuro? ¿Existe el futuro? O es, ¿una bonita
palabra que nos hemos inventado? Cuando nos miremos en el espejo mañana, en él
veremos ese futuro del que siempre se habla como algo muy lejano. Está ahí. En
nuestros ojos podemos ver la nostalgia del pasado. El deseo de mover las agujas del reloj a una hora cero. Encontrar esos zapatos y
suspirar por un domingo radiante y lleno de promesas., en el cual
disfrutábamos.
Oír la voz cansina de la maestra explicándonos los cabos, los
ríos... Sentir su amoroso consuelo en nuestro dolor infantil., cuando limpiaba
nuestras lágrimas.
Ese ignorado futuro
nos mira hace tiempo. Desde que nacemos. Todos lo esperamos sin saber que llega
con nosotros. Ese desconocido amigo, nos acompaña día a día y forja en silencio
lo que será nuestro paso por la vida.
Cuándo nos referimos a lo venidero, ¿realmente somos
conscientes de creer que existe? Lamentablemente no lo somos y nos aferramos a
ese tiempo que está por venir ¿Para qué? ¿Para que cambie algo que no nos
gusta? ¿Desear lo imposible? Cuando leemos un libro escrito hace muchos años, oímos esa
música maravillosa compuesta por alguien que nos precedió, tal vez en más de un
siglo. Contemplamos la obra faraónica de una época muy lejana ¿No está
deleitando nuestros sentidos con algo que
fue un futuro para esas personas ya muertas?
Y
para nosotros, ¿qué es ahora? Cuando leemos ese libro, oímos esa obra musical y
vemos esas maravillas arquitectónicas, no hay ni pasado, ni presente, ni
futuro. Todo deja de existir. Es un paseo por el tiempo que todos damos sin
percatarnos de ello. Sólo permanece la nostalgia, ilusión e incógnita. Y sin
embargo, ¡es tan dulce pensar y esperar todo ello!
R.P.00/2008/1318
León, 19 Abril 1997
10 comentarios:
Qué recuerdos tan bonitos guardo de mi niñez, fueron magníficos
Carla
Cuando volvemos el pasado con mucha frecuencia es porque estamos envejeciendo o eso dicen, lo único que podemos hacer es vivir el presente con intensidad.El futuro es ciertamente, nuestro gran inconveniente.
Angelina
Por mucho que se intente ver en nuestra memoria cómo era el pasado !guay!
ahora ya no es nada así
Pablo
Un artículo lleno de verdades, me gusta mucho
Alicia
Cuando eres pequeño todo es maravilloso, nunca vemos lo que en realidad es
Pablo
La verdad que es una gran pena que los años se nos vayan, pero es así
Raquel
Cuando eres pequeño no alcanzas a saber lo que se nos viene encima, pues todo depende de cómo va a ser
Maribel A.
Si yo supiera cómo va a ser mi destino no sé cómo reaccionaría
Tomás
El artículo es muy real, dices todo lo que nos va a venir malo o bueno
Soraya
Despierta recuerdos bonitos y otros no tanto. Muy bueno
Publicar un comentario