Yo me pregunto y, muchos nos preguntamos alguna vez que otra, ¿qué ha sido de fulano o mengano? ¿Dónde están? ¿Seguirán vivos? Y es que a veces cuesta trabajo pensar cómo una o más personas, de la noche a la mañana, se hallan difuminado por completo.
Tenemos casos de gente dedicada al mundo del espectáculo en todas las versiones, sin ir más lejos, que llegan a la cúspide. Sus meteóricas ascensiones suelen ser, por lo general, muy ostensibles y sus rostros prevalecen tanto en noticias, como prensa o revistas. A veces, nos llegan a atosigar tanto, que nos sentimos unos parias a su lado. No hay acto o fiesta en el que no veamos al famoso o famosa de turno. Lo copan todo. Sus conversaciones insustanciales dan el tono justo, para medirlos como unos petulantes.
Se vanaglorian de hacer esto o lo otro y la gente sencilla, como nosotros, nos quedamos embobados oyendo sus majaderías. Porque una cosa es escuchar a una persona que sabe hablar y además lo que dice se puede oír porque trata de temas que nos agradan. Cosa que ésos otros, jamás podrá prestar toda nuestra atención. Airean sus vidas sin el menor recato.
Bailamos al son que nos tocan y tan contentos. Nos manejan a su antojo como si fuésemos cosas superfluas de usar y tirar.
Ponen precio a todo lo que cualquier mortal es de lo más normal.. Sus exclusivas millonarias nos hacen enrojecer de vergüenza a los que un acontecimiento familiar es algo más bien íntimo. Pero como decía mi abuela: “En ésta vida todo tiene su fin y lo que sube baja”. A veces más deprisa de lo que uno espera.
De efímero podemos calificar el paso por esa gloria que muchos tocaron. Todo trigo que no es limpio se desecha y es cuando un gran vacío envuelve a esas personas que carecen de toda ética. Se indaga en sus mundos, la mayoría de las veces oscuro y deprimente. Los entresijos de sus ocultas vidas salen a flote y con ello, el fin de sus reinados. Su estrella se apaga para siempre. Su pista se pierde en la noche de los tiempos. Sólo podemos decir: Qué lástima, caer en ese vacío por creerse unos intocables.
R.P.00/2008/1319
León, 30 Noviembre 1996
8 comentarios:
¿Sus exclusivas millonarias nos hacen enrojecer de vergüenza?
Pienso que no está el pecado en el precio que exigen sino en que las revistas que lo pagan lo hacen porque hay gente como nosotros que lo compra y eso, a las revistas les da ganancias.
Por tanto no creo que sean ellos los que suben o bajan hasta ese gran vacío sino nosotros, la gente corriente que pagamos por esa pobre mercancía.
El día que no compremos esas revistas ni veamos esos programas en los que ellos "airean sus vidas sin el menor recato" su existencia habrá terminado.
Po esto pienso que deberíamos enrojecer de vergüenza por comprar esa pobre mercancía con la que revistas y personajes de paja ganan tanto... aunque como tú bien dices, su gloria es efímera y les lleva muy pronto a una vida desgraciada y de miseria y a "caer en ese vacío por creerse unos intocables".
javier
Cuánto más los leo, más me gustan y siempre descubro algo nuevo.
Gracias
Marta
Tú forma de expresar lo que realmente sucede en cada caso, es muy clarificadora.
Raquel
Muy real y actual en tu artículo, se ve que estas en la "onda" de costumbrismo
Un abrazo
Pablo
Muy, muy real todo lo que expones.
Todos nos inflamos de orgullo por tal cosa y al final?... NADA
Saludos
Tere
Qué verdad, me gusta mucho leer tus artículos en los cuales dices las verdades
Alicia
Es un gustazo leer tus escritos, cambias de temas y todos son muy buenos
Mª Asunción
CADA VEZ QUE LEO TUS ARTÍCULOS, ERES UNA AUTENTÍCA PERSONA LLENA DE AUDACIA PARA DECIR LAS COSAS COMO SON, ESO ES LO QUE PIENSO
ABRAZOS
CARLA
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