
Todos hemos oído esta frase
en más una ocasión y muchos, clamamos y pedimos esos derechos cuando vemos como una y otra vez, son pisoteados a diario por la intolerancia de los que luego se auto proclaman liberales.

¿Es tan difícil conceder esos derechos? Por lo que ve día a día, parece ser muy arduo en todas sus definiciones. ¿Vestimos al desnudo? ¿Damos de comer al hambriento? ¿Cobijamos bajo techo al falto de él? Todo ser humano desde que es engendrado hasta que muere, tiene sus derechos: A nacer, vivir y morir dignamente. Estos tres puntos tan importantes para la humanidad, son quebrados sin el más mínimo pudor, ante la impasibilidad de los que luego nos creemos libres de toda culpa.
¿Qué son los derechos humanos? Algo muy simple de hacer y de conceder, pero ¿estamos
dispuestos a ofrecerlos? ¿Damos vida a ese ser que quiere nacer? ¿Devolvemos la sonrisa a ese
niño famélico y falto de amor? ¿Redimimos a esa mujer, víctima de la barbarie humana?
¿Ayudamos a ese hombre hundido en la miseria? ¿Protegemos a nuestros ancianos, privados de
algo tan esencial como es el calor humano?
Me da vergüenza el pensar, cómo somos en realidad. Se gastan innumerables litros de agua en
regar campos para el disfrute de algunos afortunados. Agua, que es muy poco valorada para
muchos que, la malgastan en un grifo abierto.
Nos gastamos en comer mucho dinero, cuando menos de la mitad, comerían los hambrientos y
saciaríamos a humanos que se van a dormir con el estómago vacío.
¡Cuánta ropa queda colgada en los armarios, porque ya no se lleva! Cuánto darían ellos por una simple tela que tapase su desnudez.
Dormir al raso, entre cartones sufriendo los rigores del tiempo, no estar bajo techo habiendo tantos que pueblan las ciudades.
Todos sin excepción alguna, tenemos derecho a nacer y a vivir libremente. A defenderlos.
No seamos tan intransigentes y dejemos esa conducta tan deshumanizada con los que sufren.
R.P. intelectual 00/2008/1318
León, 15, Diciembre, 1995
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