LA VASIJA

                                             

  

                    LA  VASIJA 

El mesonero estaba buscando una vasija adecuada. 

Tiene muchas delante, pero ¿con cual se quedara?

-Elígeme a mí _grita una ánfora dorada. Brillo y 

estoy reluciente. Valgo mucho y siempre hago las 

cosas bien. Mi belleza y lustre superan a los del 

resto. Para alguien como tu, patrón, el oro es lo 

mejor.

El mesonero siguió inspeccionando sin decir una sola 

palabra. Se quedó mirando un Búcaro plateado de 

silueta curvilínea y alta.

-Estaré en tu mesa siempre que te sientes a comer. 

Mi diseño es elegante. Mis repujados son auténticos. 

Además, la plata viste mucho.

Sin prestar mayor atención a lo que oía, el mesonero 

puso sus ojos en una cantara de bronce. Estaba 

pulida como si fuera de cristal, era amplia y poco 

profunda.

-¡Fíjate, fíjate! _Gritaba el perol_ sé que te serviré. 

Colócame sobre la mesa para que todos me vean.

-¡Mírame! _suplicó el jarrón de cristal. No oculto 

nada, soy transparente y claro como el agua de un 

manantial. Aunque soy frágil, estoy seguro de que te 

haré feliz. Seré dichoso si me admites en  tu casa.

                                                                          

El mesonero se acercó a un recipiente hecho de 

madera. Estaba bien  pulido y labrado, parecía sólido 

y robusto.

-Tengo muchos  usos, señor _dijo el cacharro  de 

madera de madera_ .Aunque es mejor que me 

utilice para la fruta, no para el vino.

Por último, el mesonero reparó en una tinaja de 

barro cocido. Estaba rota y vacía, y abandonada en 

un rincón de la bodega. Nunca pensó que pudiera 

interesar a nadie y menos a un amo tan exigente.

_¡Ah! Esta es la vasija que estaba buscando, la 

arreglaré y usaré. Será mía. No busco una que esté 

orgullosa de sí misma. Ni una estrecha para que se 


quede siempre en una balda. No quiero una de boca 

grande, ancha y poco profunda. Ni una que exhiba el 

contenido con descaro. Tampoco quiero que piensa 

que todo lo que hace bien. Solo necesito esta 

sencilla vasija de barro, la limpió, la lleno y se dirigió 

a ella con simpatía:

-Este es el trabajo que quiero que desempeñes: dar 

a los demás lo que yo te doy a ti.

                                                               

León-1-12-2017                                                                             _______________________________