LOS MUROS DEL SILENCIO
Los muros siempre han ejercido en mí cierta
fascinación, o más bien, el saber qué ocultan tras
ellos. No es que yo sea una persona chismosa que
se inmiscuye donde no le llaman, sino que me gusta
reflexionar y tratar de absorber todas las vivencias
de los seres que, por una u otra causa, están tras
ellos.
fascinación, o más bien, el saber qué ocultan tras
ellos. No es que yo sea una persona chismosa que
se inmiscuye donde no le llaman, sino que me gusta
reflexionar y tratar de absorber todas las vivencias
de los seres que, por una u otra causa, están tras
ellos.
Al igual que los muros de la vieja cárcel, que en su
día me llevaron a meditar sobre los que tras ellos
estaban, hoy quiero referirme a los del convento de
las Descalzas.
Al vivir muy cerca del mencionado convento, raro
era el día que no pasara por allí, ya que era paso
obligado en las correrías y juegos de los numerosos
chiquillos que abundaban por esa zona.
En mi retina, aún están impresos los
gruesos y
viejos muros que separaban la vida mundana del
recogimiento y silencio de unas monjas que,
habiendo renunciado a todo, vivían y morían en el
más absoluto anonimato.
viejos muros que separaban la vida mundana del
recogimiento y silencio de unas monjas que,
habiendo renunciado a todo, vivían y morían en el
más absoluto anonimato.
El edificio era vetusto y ruinoso. No sé cómo estaría
por dentro, pero la imagen que daba al exterior, era
suficiente como para saber que sus interiores eran
desalentadores.
Recuerdo sus ventanas hundidas en la pared. Los
barrotes que en ellas había, tenían gruesos clavos
con las puntas hacia fuera. Quién ideó ese
convento, ¿qué pretendía poniendo así los clavos? No
me atrevo ni a imaginármelo.
De pequeña, me atraía el saber qué ocurría allí, tras
esos muros. Cuando los años pasaron, me parecía
un edificio deprimente y pensaba que su arcaica
construcción, enunciaba la obra de una mente
cerrada y cruel.
Cuando esas mujeres hicieron sus votos de renuncia
a todo lo que en el mundo había: amor, sexo,
riqueza, hijos, familia..., se comprometieron
verdaderamente a ello, sin que los altos muros y las
pequeñas ventanucas con sus clavos, les disuadiesen
de romper su promesa. Esa forma de vida que ellas
habían elegido de oración y sacrificio, no debía ser
conturbada por esa vida que latía fuera.
Cuando lo derribaron, muchas veces me
acerqué
para ver, entre sus escombros, algo que me pudiera
decir dónde estaba la esencia que catalizaba su fe, y
dónde estaba la grandeza de su tenacidad.
para ver, entre sus escombros, algo que me pudiera
decir dónde estaba la esencia que catalizaba su fe, y
dónde estaba la grandeza de su tenacidad.
Mientras construían el nuevo convento, se refugiaron
en la vivienda de la imprenta católica, esquina con su
recién destruido hogar. Yo, que iba mucho por allí, y
que incluso trabajé una temporada en ella, cierto día
vi la puerta del patio abierta y pude vislumbrar a
alguna de ellas; eran mujeres de carne y hueso.
Eran reales; no una voz a través de un torno.
El tiempo ha pasado y hoy, cuando
paso por allí, y
veo el nuevo convento, ya no me es tan
desalentador. Aún siendo de clausura, el trato con
las que allí lo habitan, es mucho más tangible
veo el nuevo convento, ya no me es tan
desalentador. Aún siendo de clausura, el trato con
las que allí lo habitan, es mucho más tangible
Para mí es una cita obligada, en la tarde de Jueves
Santo, el ir a orar durante unos minutos, en su
hermosa capilla.
Observo a las monjas que tras unas verjas, rezan,
meditan y se sacrifican estando durante horas de
rodillas ante su Señor. Son momentos difíciles de
explicar. Tal es el sentimiento de armonía que reina
en mi interior.
La felicidad y la paz que allí hay, indudablemente,
jamás se podrán encontrar en los extramuros.
Vaya mi admiración y cariño por ellas.
R.P. intelectual 00/2008/1318
León, 2 Marzo 1996
10 comentarios:
Un artículo para pensar. Ahora los tiempo han cambiado y no creo que esas monjas tengan ganas de salir a ver el mundo, éste ha cambiado mucho y la mitad de las cosas van a peor
Carol
Sí, esas monjas son dignas de admirar por su perseverancia
Angelina
Está muy bien lo que dices en el escrito, es para pensar
Javier
Me encanta leer lo que escribes, pues describes muy ben todo
Luna
El sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el momento en que encuentra un sentido, como puede serlo el sacrificio.
jav
Las personas que buscan una armonía para su alma, encuentran dentro de esos muros todo
Nieves
cuando estas mujeres entraron allí, sabían que encontrarían todo lo que aquí falta
Maura
Es un artículo para reflexionar las personas que están allí no es por obligación
Tere
Me gusta cómo escribes cada momento de la vida, gracias
Antonio
Estas personas cerraron sus vidas y escogieron una que las llenó mucho
Mercedes
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