EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

sábado, 11 de abril de 2015

IMÁN DE PENAS



IMÁN  DE  PENAS


En el diccionario leo: Imán, calamita y magtetita. Estas son más 

menos las definiciones de tal palabra. Me tomo la libertad de 

llevarla al terreno de los humanos.

Hace unos años conocí a una mujer. Tenía todo a su favor. 

Juventud, una  belleza discreta, pero sabía  sacar buen  partido de 

los fallos que tenía. Lo más destacado de ella no era desde luego 

su figura, sino más bien, la gran humanidad que desprendía. Era 

algo innato en ella. “Mi más preciado don”, respondía, cuando le 

preguntaban por esa cualidad tan destacada.


Es obvio que jamás hizo nada que pudiese sobresalir para ser 

admirada. Sabía muy bien compaginar las horas. Un día  me dijo:

-A mí el trabajo no me come el tiempo que necesito para  ver o 

estar con tal persona, todo es cuestión de saberlo usar.

_Sabes  desligarte de todo lo que conforma tu mundo y, lo mejor 

de todo, es que lo calculas bien.

_No te creas que es fácil todo.

_Sé que no es así, pero tus dotes para poder realizar todo, son 

admirables.

_No por favor, no me lisonjees. Soy una persona normal que 

intento dar lo que creo que necesitan.

_¡Y qué bien lo das! Eres, como una especie de imán.

_¡Qué dices!

-Sí, eso es. Atraes hacía ti las penas que padecen muchas personas.

_No sabía yo que fueses  tan intuitiva.

_No hace falta serlo para ver que no te limitas a tus cosas trabajo 

etc.

_Sinceramente te diré que, canalizar adecuadamente el sentir de 

las personas cuando padecen, es desalentador, cuando el 

sufrimiento eclipsa toda palabra.

Es muy duro el dilema, porque no se puede uno salir de la 

tangente. Hay que darles valor, respuestas y hacerles ver, que no 

están solos.

_Eso es lo más difícil. La soledad les aplasta, no ven salida entre la 

bruma del dolor.

_¿Te has preguntado alguna vez, si estuvieras en el puesto de 

ellos, qué harías? Sabrías aceptarlo, renunciando a manifestar el 

dolor de forma áspera.

_En estos momentos no sabría responderte, ya que nadie puede 

saber su proceder.

_Te deseo sinceramente, que llegue tarde ese día y cuando así 

sea. Que tengas la fortaleza para superarlo.


Paradojas del destino. No pasó mucho tiempo en volverla  a ver y 

en su rostro estaba reflejado el sufrimiento. Quiso quitar hierro 

como se dice, cuando le pregunté, pero al final se derrumbó. Se 

apoyó en mi hombro y lloró. La abracé mientras la susurraba:

-Llora, deja salir la pena, no intentes apresarla. Lava con tus 

lágrimas el dolor para que sea más suave”

La calma volvió muy lentamente a ella.

_Gracias, esto es lo que necesitaba. Te voy a decir algo que 

siempre me he preguntado.

_Tú dirás.

_Cuando he tenido que dar ánimos y valor a personas que lo 

necesitaban, luego cuando iba a mi casa y me acostaba, siempre 

pensaba “¿Tendré alguna vez un hombro para llorar mis penas?








León 11-11-2011


9 comentarios:

Anónimo dijo...


Es muy verdadero me encanta leer todo tuyo

Carla

Anónimo dijo...


Es muy importante tener a alguien a quien apoyarte en estos momentos difíciles

José I.

Anónimo dijo...


Es algo que siempre deseo y espero

Lorena

Anónimo dijo...


Precioso, cuánta realidad hay




Begoña P.

Anónimo dijo...


Es muy encantador leer lo que pones

Alicia

Anónimo dijo...

Sí, sería muy bonito tener a alguien para compartir, gracias

Angelina

Anónimo dijo...


Es un buen artículo, nos recuerda que los que se fueron, necesitan ser recordados

Maura

Anónimo dijo...

La verdad que hay que pasarlo para comprobar cómo reaccionan muchas personas carinos


Ligia H.

Anónimo dijo...

Verdaderamente si es cierto

Pablo L.