EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

domingo, 1 de febrero de 2015

AL SERVICIO DE TODOS







AL  SERVICIO  DE  TODOS

 Allí estaba. Haciendo favores todo el día sin protestar. Sin recibir nada a cambio. Todo ese tiempo callado, sumiso. Dispuesta a cualquier hora a darnos sus servicios. Tanto a mujeres, como a hombres. No había diferencia. Ella hacía su trabajo y nosotros nunca se lo agradecíamos. Para eso estaba allí, para darnos placer o aliviar nuestras necesidades.

Tantos años requerida por unos y otros se notaban  mucho. La brillantez y limpieza que tuvo al ser destinada a la habitación principal, había dejado paso a zonas algo mugrientas, alrededor de los agujeros y su precario estado, hacía pensar que pronto sería reemplazada.
Me senté enfrente de ella y mis ojos no se apartaron de su redondez. De pronto, había adquirido para mí una nueva dimensión. Ya no era el complaciente artilugio que nos daba todo.

 -“Era una puta” –me dije.  Una sonrisa irónica se dibujó en mi rostro.
Adopté una postura insultante y en un sordo monólogo, me dediqué a generar las más hirientes descalificaciones contra mi descubrimiento.
-“¡Golfa! No tienes vergüenza. Siempre dispuesta a ofrecer tus servicios ¡Hasta los niños te utilizan! Eres una pervertida ¿No tienes nada  qué decirme? No. Pero yo pienso por ti y me dirás que, para eso te crearon ¡Qué poco coraje habéis tenido! Sí, porque en el mundo sois millones. Unas blancas, otras negras, otras de color tostado etc. Grandes, pequeñas, pero todas habéis nacido con un mismo fin: ser unas prostitutas para beneficiar a los machos. Además, ¡qué poco os importa llevar vuestra desnudez!  ¿Para qué?, me dirás. Hacéis jornadas intensivas, sin mostrar el menor cansancio y contentas por dar todo lo que fluye de vuestro interior”.
Desvié la mirada y traté de tener  pensamientos más positivos.

-“¿Por qué eres tan injusta conmigo?  -creí escuchar en mi interior.
Volví mis ojos hacia la blanca redondez y mi mente continuó el sordo monólogo:

 -“Vosotros, los mortales, ¿qué haríais sin nosotras? Ya sé que soy una hembra que nunca pone objeción alguna al macho. Somos unas impúdicas, pero no me puedes hacer responsable ni a mí, ni a mis hermanas por ser así. Cuando nos inventaron –por decir algo- ya sabíamos para lo que estábamos destinadas. No nos dieron ninguna opción. Teníamos que ser dóciles y atender a todos por igual. Incluso a los pequeñajos. No ser racistas e incluso, dar nuestros servicios a la escoria de la humanidad. Ya sabes, asesinos, torturadores, ladrones, violadores etc. Esa gente, después de hacer de las suyas, son los que más nos solicitan. Un asco.

Te voy a decir algo. Mi mayor anhelo es ser fundida, morir. Así como lo oyes ¿Te parece crudo? Estoy cansada, vieja y harta de ser el juguete de todo el mortal que se precie. Sabes, hay veces que te usan hasta la saciedad. Muchos me asquean, por ser requerida siempre para lo mismo ¡No tienen ideales!, ni grandeza de espíritu.
No salen de su rutina. Día tras día, siempre lo mismo. Me aburren un montón. Si yo te contara, quedarías asombrada de las cosas tan absurdas que me obligan a hacer. No te puedes imaginar lo que es, ser esclava del macho. No le importa que haya tenido un día agotador y está al rojo vivo. Sí, porque no es siempre el mismo ¡qué va!  Algunos son tan raros y tienen muy mala leche si a la primera no encajan.
Se piensan que por ser más jóvenes y nuevos, tienen más sabiduría y lo único que hacen es dejarme para el arrastre.
Pero afortunadamente, tengo a otros que cuando me usan, me hacen sentir francamente bien. Me relajo y hasta me permito soñar. Sin ir más lejos, tú eres uno de ellos.

Me sobresalté. Un ligero sueño me había inundado durante unos minutos.
Miré el enchufe hembra que tenía enfrente de mí y solté  una carcajada.
“Así que eres un enchufe hembra ¡Vaya por Dios! Hasta en cosas materiales nos diferenciamos  -musité-,  y proseguí- ¡Quién lo iba a decir!  A mis años saber estas cosas.
Todo había empezado unas horas antes. Cuando entré en una tienda de productos eléctricos y pedí simplemente un enchufe. La empleada me preguntó:

_¿Cómo lo quiere, hembra o macho?
La pregunta me dejó un tanto confusa, pues hasta la fecha no me había encontrado en tal situación. Mi contestación fue rápida y escueta:
_El que tiene agujeros.
_Un enchufe hembra  -fue la contestación un tanto vacía de la señora, al tiempo que me mostraba unos cuantos.

Cuando salí, aún estaba perpleja y asombrada.
-“¡Qué ignorante soy! Mira que no saber una cosa  tan simple ¿Soy acaso la única? Tal vez sí o tal vez no  -me dije. Es difícil saberlo y no me voy a poner a hacer una encuesta, aunque no sería mala idea.
Dejé escapar una sonrisa al pensar en la cantidad de gente que, como en mi caso, se mostrarían desconcertados al saber lo de macho y hembra.

_Tienes toda la razón del mundo al sentirte así de mal  -le dije-. No me extraña lo más mínimo que desees fundirte. Además de abusar de ti a todas horas, tienen el descaro de llamarte “enchufe hembra”; y sin embargo, cuando se te nombra, eres de género masculino ¡Qué cosas! ¿Verdad? Claro, que pensándolo bien, es difícil de llamarte “La enchufe hembra. Vamos a dejarlo tal y como está ¿no te parece? Para mí tienes mucho valor y te agradezco todo lo que me das.

_¿Con quién hablas?  -la pregunta provenía de otra 
habitación.
 _Con nadie. Estaba cantando  -dije, al tiempo que hacía un guiño de complicidad a la blanca redondez que presidía todos nuestros actos de grandezas o miserias de cada día.









R.P. intelectual 00/2008/1318
León,  16 Febrero  1994









9 comentarios:

Anónimo dijo...

Un artículo muy lleno de ironía..

Carla

Anónimo dijo...

Me gusta tu forma de dejar para el final lo que es

Monse

Anónimo dijo...


La verdad que es todo muy bueno

Pablo P.

Anónimo dijo...

el artículo muy bien llevado manteniendo la duda hasta el final...

javiwe

marta caballero dijo...

Muy original.

Anónimo dijo...

La charla que ella misma se dice
es bastante original

Javier G.

Anónimo dijo...

Interesante su monólogo

Lorena P.

Anónimo dijo...


Me gusta mucho el pensar de ella

José I.

Anónimo dijo...


Muy bueno, me ha gustado . Lo que hace la mente y sus desvaríos jeje..

Angelina