O S C U R I D A D

                                      

    

    

                                       O S C U R  I D A D

         

         Anoche soñé con algo que jamás volvería a ser realidad.

        Hay personas que dicen con total seguridad, que los sueños se cumplen. Una mentira en toda su dimensión (para muchos)

        Abrí los ojos y sí me creí que la persona  que había polarizado parte de la noche, no estaba lejos de mí.

        

        Me mantuve quieta, mientras los ojos trataban de atisbar algo, que se moviera, que respirara, que me hablara.

        El cuerpo de estremeció cuado creí ver en la oscuridad, algo que se movía junto a la ventana, deslizándose suavemente. No sentí miedo. Una paz lleno todo mi ser.

         Intenté mantener los ojos fijos y así poder atravesar esa penetrante oscuridad y hacer realidad mi sueño. Nada, silencio y una espera que no tuviera premio.

         -¿Quién eres? –murmuré.

         Ansiosa esperé oír esa respuesta que todo mi ser necesitaba.

         El sonido de la oscuridad es aterrador, crujidos, golpes secos, pisadas que se pierden…

         A pesar de todo ello, mis ojos seguían abiertos, sin pestañear. Con el oído atento a cualquier ruido que no fuese común.

          Pasó unos minutos que se me antojaban muy largos. No me atrevía ni a moversme, ni a encender la luz. Pensaba que esos movimientos romperían lo que tanto ansiaba oír; esa voz tan conocida y querida como la del ser, que un día había dicho adiós un tiempo atrás.

         -¿Vienes a que te pida perdón?-murmuré quedamente.

         Diariamente lo hago. Sé que te hice daño. Es algo que no me perdonaré mientras viva. Sé que tendré un peso muy grande en lo más hondo de mi ser.

         

         Si me escuchas, si estás a mi lado, mira mis lágrimas. Escucha mi corazón dolorido. Dame tu perdón.

         Un leve roce pasó sin ruido, dejándome una paz en todo mí ser, sabiendo que su perdón lo dejaba como una rosa en mis manos.

         *para A.D.M. 

   

  León 10 – 10 -2014