UNA VUELTA POR LA HISTORIA
CÁCERES - MÉRIDA - LISBOA
Plaza Mayor
A las nueve de la mañana cogí el autobús que me llevaría Cáceres.
Cerca de seis horas me habían dicho. Un viaje
largo, muy largo, con una parada de media hora y nada más .Allí me
esperaba Paco, venía de Madrid.
El hotel en el centro
bueno. Dejamos el equipaje y ¡hala! Andar y andar para conocer lo más
relevante.
Hay mucho que ver así que
cenamos en una de las muchas terrazas que hay en la plaza; mientras admirábamos La Torre de Bujaco. Es preciosa y todo en su entorno.
Cansadísimos fuimos al
hotel. Las cinco horas largas de autobús,hicieron mucha “mella” en mi cuerpo.
Hotel de Cáceres
Martes, a las 11 de la
mañana tenemos hora para ver lo más interesante de Cáceres antiguo. Una visita
guiada.
La guía, es una mujer muy versada, nos explicaba muy bien, porqué se llamaba así y todo lo concerniente a la que veíamos.
Hace un día
maravilloso, hará mucho calor. Comenzamos entre cuestas, Rincón de la Monja,
iglesias Sta María, San Antonio, San Mateo, Palacio de los Golfines, de
Mayorazgo y para terminar el Algibe Árabe, uno de los más impresionanes...
Casco antiguo
Algibe Árabe
El primero es el de Estambul,
(lo conocí en mi segundo viaje hace años y NO escribí nada sobre él) y, muchas
cosas más (todo estaba cerrado y solo vimos las fachadas).
La Plaza Mayor se dice que es la antesala de la riqueza monumental
encerrada en la ciudad intramuros. Fue escenario de torneos medievales, juegos
y ejecuciones.
Un recorrido muy interesante.
Plaza Mayor
Fuimos a comer al "Puerta de Mérida", situado en la antigua puerta de Mérida. Unos platos muy elaborados y llenos de
fantasía.
Luego marchamos a tomar café a la plaza haciendo tiempo para recoger
el equipaje, ir a la estación de autobuses y coger el bus hacia Mérida. Una hora en
llegar allí.
"Puerta Mérida"
Dejamos las maletas y, fuimos a ver el puente romano. Una maravilla, casi 800 metros todo
adoquinado y peatonal. Es muy utilizado por las personas que hacen deporte corriendo, pues nada les estorba. Hora de retirarse.
Hotel Mérida
A día siguiente vamos a recorrer lo más sobresaliente de esta pequeña ciudad, llena de innumerables tesoros y muy bien conservados, puesto que son cosas muy relevantes de la historia.
Puente Romano
Arco Trajano de más de
2.000 años, 14 metros
de altura. Bloques de granito unidos.
Arco Trajano
Templo Romano
En medio de la plaza el Templo Romano de Diana, luego edificio visigodo sobre el foro romano. Ha sido interpretado como un palacio.
Vimos restos del
retablo de la iglesia Sta Catalina, Palacio de Corbos del siglo XV edificio Islámico sobre foro romano, restos
originales.
Medallones Júpiter Medusa
El pórtico decorado por medallones de dos tipos, Júpiter y Medusa.
Ruinas de casas de
época romana, capiteles Toscanos, columnas
blancas etc.
Vamos al museo muy grande. La planta cero centrada en la escultura de Ceres, Diosa Romana, preside el frente del teatro romano. Retrato de Augusto Velado, primer emperador de Roma y fundador de Augusta Emerita. El Cronos Mitraico, dedicadoa un culto Oriental, Pinturas, murales de una casa romana, el relieve de la cabeza de Júpiter Ammón, ornamenta el pórtico del foro Emeritense.
Ceres Diosa Romana
Subimos a la planta primera, está dedicada a
los productos artesanales. Silbato, moneda de bronce, busto conocido por la
gitana etc.
Segunda planta.
Mosaico de los Aurigas, gran tamaño hallado en Mérida, en los cuadros laterales
se muestran dos Aurigas en sus carros.
Bajamos para ver la
cripta. En el solar del museo se hallaron varias casas romanas, se destaca
sobre todo sus patios columnados y pinturas murales.
Augusto velado
Vamos a comer a una
terraza y luego al hotel a descansar. Sobre las seis nos vamos a dar un
chapuzón a la piscina del hotel, dos horas. Subimos a la habitación y nos
vestimos para ir a cenar. luego al teatro.Hacemos tiempo hasta que la inmensa cola comienza a
moverse. El Teatro en todo su esplendor, comienza a llenarse de un público
variopinto. Veo que hay mucha juventud, es magnífico que la actual generación
se involucre con entusiasmo a ver verdaderas obras de arte clásico.
Teatro de Mérida - Edipo Rey
Dos horas viendo aun
Edipo debatiéndose entre dudas, oyendo
al ciego adivino, rodeado de suplicantes y oír que mató a su padre y Yocasta su
esposa, es su madre.
Ante el horror de
saber la verdad, Yocasta se quita la vida y Edipo se arranca los ojos ante su cadáver. Maravilloso ver a las
personas que se metieron en los personajes dando vida a tan luctuoso episodio.
Más de quince minutos
aplaudiendo y lanzando bravos llenos de entusiasmo. Poco a poco la gente
abandonó el colosal y bello recinto y, entre murmullos favorables al personaje
de un Edipo Rey. Me gustó muchísimo ver desde la primera fila a un clásico de
siempre.
Jueves, dejamos el
equipaje en la recepción del hotel y vamos a desayunar. Luego nos vamos a ver
lo que nos quedó.
El acueducto de
Mérida, construido en el siglo I, después la fundación de Augusta Mérida. El
acueducto abastecía de agua desde el pantano de Prosperina a 6 kilómetros de aquí.
Se llama Acueducto de los Milagros.
A las 2 de la tarde
cogemos el autobús a Badajoz. Estando en la estación supe la sorpresa. El
regalo por mi cumpleaños: Lisboa. Cuatro horas de autobús.
Acueducto de Mérida
Entrar en la ciudad de
Lisboa fue toda una maravilla. Grande, moderna, bonitos edificios, gente y más
gente. Muchos turistas, al ser una ciudad cercana al mar, les atraía mucho.
En el autobús hasta
llegar a Lisboa, atravesamos un larguísimo puente sobre el río Tajo que más
parecía ser el mar. Éste se junta con él muy cerca.
Llegamos al hotel en el
centro. Hay muchas terrazas en el centro de la Rua Augusta. Todas las aceras y calles están empredadas de pequeñas piedras negras y blancas muy brillantes.Todo está muy limpio.
Plaza del Comercio
Nos acercamos a ver el
“Balcón del Tajo”. Nos sentamos en unas piedras a igual que las personas que
allí estaban llenando los amplios escalones en una actitud de total
abstracción. La paz inundó nuestro ser al ver el agua
Balcón del Tajo
como lamía una y otra vez
en pequeñas olas la orilla.
Vamos a una terraza
para cenar y de allí al hotel, estaba realmente cansada.
Viernes. Desayunamos
en el hotel. Salimos para ir a ver el Castillo de San Jorge. Cogimos el
tranvía. Es la primera vez que monto y más, estos tan veteranos como
bonitos.
Hasta donde está el
castillo, son calles cuesta arriba.
Tranvia (antiguo)
Recorrimos lo más interesante, callejuelas
estrechas y algo más amplias.
Todas desprenden un típico perfume de años llenos
de esplendor.
Callejuela e Lisboa
Nos sentamos en una
terraza que da al río Tajo. Es precioso mirar el azul del agua que se confunde
con el cielo. Parece que estás viendo el inmenso mar. Claro, que algo más
lejos, este se junta con el Océano Atlántico.
Terraza río Tajo
Fuimos a comer y luego
nos acercamos a ver la catedral. Se agradecía estar allí, fresco pues el
calor era fuerte, además el cuerpo
estaba como mojado.
La iglesia de San Antonio, fuimos a la cripta
donde nació el santo.
Poco a poco bajamos
hasta llegar al hotel, descansamos hasta unas horas más tarde, que el sol
perdiera su fuerza.
San Antonio
Sábado. Por la mañana
cogemos el tranvía moderno hasta La Torre de Belém. Nos sentamos a la orilla del agua junto
al monumento de los Descubridores. Aquí el río Tajo se estrecha para unirse con
el mar.
Tranvia a Torre de Belém
Llegamos a La Torre de Belém. Cuando esta
se hizo, estaba en el medio del agua, pero ahora ganó terreno al río para hacer
zonas verdes y demás cosas.
Después de andar bajo
un sol abrasador, puesto que no había nada
de sombra en una larguísima acera,
Torre de Belém
llegamos donde había una hermosa fuente. Nos sentamos a ver sus bonitos chorros enfrente del Monasterio de los Jerónimos.
Monasterio de los Jerónimos
Este monumento se
levantó gracias al dinero de la pimienta y especias. Es de estilo Mamelino,
construido en 1501. La nave de entrada
es impresionante, sus columnas delgadas
y octogonales, se abren en lo alto creando un espacio armónico.
Es lo único que
pudimos ver en unos minutos, puesto que se celebraba una boda y no nos dejaban
verlo como debía ser. Había una gran cola y el pase era de cinco en cinco personas.
De vuelta a Lisboa, buscamos donde comer y
entramos en un bar no muy grande, normal y casero. Las personas que había
estaban comiendo en un ambiente relajado, entre conversaciones y sonrisas.
Había Wifi gratis, cosa que nos encantó, pues en el hotel teníamos que pagar el
tiempo que ibas a estar, por horas.
Comimos muy bien. Mantuvimos
una conversación con los que estaban en la mesa junto a la nuestra. Qué pequeño
es el mundo, ya que algunos conocían pueblos de la provincia de León.
Llegamos al hotel y
descansamos. Cinco horas nos llevó el conocer todo lo que habíamos programado.
Domingo. Madrugamos
para ir al aeropuerto. El avión con destino a Madrid salía a las 8. Bonito día
quedaba en Lisboa.
Adiós a unos días muy
hermosos, llenos de entusiasmo. Me gustó mucho la ciudad y todo cuanto en ella
hay, cosas dignas de ver para luego recordar. Esto unido a los primeros días de
la semana, fueron un regalo que guardaré siempre como todos los demás.
Fue un vuelo
tranquilo.
León 2- 9- 2014