C A M P A N A
Querida abuela. Hoy mi corazón está roto y abatido. Mamá ha muerto. En la vida hay momentos o años felices, pero cuando nos visita el dolor y la muerte, es la tristeza más profunda que pueda existir. Ya de por sí, es muy duro cuando se muere un amigo, pero cuando es la persona que te ha dado la vida, la que está día y noche a tu lado protegiéndote en todos los grandes y pequeños problemas que, a lo largo de la vida tenemos es querer irse con ella.
Abuela
¿Por qué es tan cruel la vida? No puedo aceptar que jamás la veré. Te pregunto
abuela ¿por qué acuden sin cesar todos esos recuerdos en los cuales hice sufrir
a mamá? Es una tortura constante cuando se instalan en la mente. Sé que a veces, no eran cosas
graves y cando creo que lo eran, mi dolor lo engrandece tanto que sufro mucho y
mi pesar es muy profundo.
En
estos momentos necesito tanto su perdón que, empequeñezco hasta sentirme como
una niña cogida en falta. Cuando recobro la normalidad después de mucho llorar,
me convenzo a mí misma que mi comportamiento esta fuera de todo contexto que,
yo no soy esa niña pequeña y sé perfectamente discernir lo bueno y malo.
Quise
mucho a mamá y jamás dejaré que este cariño muera. Día a día lo seguiré
incrementando a través de los muchos años que ella me regaló sin pedir nada a
cambio.
De
su gran generosidad al permitir que naciera cuando los médicos se lo
desaconsejaron. De sus desvelos ante mi azarosa infancia. Sus muchas horas
dedicadas a enseñarme a salir de la niñez. De su afán porque tuviera buenos
estudios. Por estar noches sin dormir velando mis inquietudes.
En
fin abuela, ¿qué te puedo decir de ella, cuando tú la pariste? Mis noches son
largas, la llamó para que venga a contarme un cuento que, tome mi mano, que me
acaricie, que cante bajito hasta que me duerma ¡Qué decepción me entra! Las
campanas tocan la tristeza que me embarga y será largo el tiempo en el cual,
deje ya la cuerda descansar. Tal vez para entonces, mis ojos se hayan secado y
el corazón acepte la derrota.
Un
beso de tu querida Katia
R.P.00/2008/1314
Luisa Laiz Diez
10 comentarios:
Aun tengo la suerte de conservarla, pero el tiempo pasa y se que no dentro de mucho no estara ya aqui.
Muchas veces he pensado como seria la vida sin ella y la angustia me embarga como me ha embargado al leer la carta.
Si la carta ha provocado ese sentimiento en mi, no dudes que me ha llegado al alma.
Un beso muy fuerte de Marta
precioso, me ha llegado al alma, muy triste pero verdadero gracias
Patricia
¡QUÉ MARAVILLOSA CARTA! QUIERA O NO, ME HA ECHO LLORAR. GRACIAS POR RECORDARNOS LO QUE TENEMOS
CARLA
gracias por esta carta tan triste
javier
Me afloran y embargan los recuerdos, que resumen en una sola palabra
SILENCIO Una abrazo
Pablo Luis
Una carta muy triste, pero así es la vida, me gusta mucho
Asunción
Es mucha tristeza el leer la carta, pues das puntual verdad de lo que realmente sucede en la vida
Pablo P.
¡¡¡UH!!! qué tristeza hay en ella, es preciosa y tan real, que no podemos olvidar jamás a seres queridos
Monse
Es para leerla muy despacio y encontrar en sus palabras, todo el dolor que Katia experimenta, gracias
Raquel
Estoy con lo q dice Pablo Luis,
Afloran muchos sentimientos.....
Un beso grande Luisina
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