De vez en cuando creo que
es muy positivo regresar al pasado, ya que su recuerdo nos hace dar un repaso a
esos años, a veces lejanos, y a veces muy ligados a nuestra vida, para hacer un examen y ver
claramente, cómo nos influyeron o cómo prevalecieron en ella.
Como en todos los debates,
siempre hay posturas y opiniones muy válidas de uno y otro bando, en las cuales
se deja muy claro que, evocar esos años, es muy deprimente para unos, y por el
contrario él rememorarlos, es motivo de nostalgia y satisfacción para otros.
En días ya pasados, asistí
a una exposición de fotografías que recogía diversas instantáneas de la ciudad
de León. En ellas, podía verse cómo a través de los años, tanto sus calles,
plazas, paseos, casas y gente..., habían
dado un cambio tan radical que,
en determinadas fotos, tuve que escuchar las conversaciones de la gente mayor,
para poder ubicar dónde se encontraba antes lo que mis ojos veían. Y no es por
que no tuviera la correspondiente nota debajo de la foto indicándolo, sino que
era tal el cambio que, sinceramente, me sentí perdida, y a la vez gratamente
sumida en mis recuerdos.
El edificio grande y
vetusto del Hospicio, donde hoy está Correos, trajo a mi memoria la niñez ya
pasada, de cuando íbamos a espiar por
sus ventanas la privacidad de unos niños
como nosotros, que se hacinaban entre la suciedad y el desamor. Luego, años más
tarde, cuando fue el Conservatorio de Música, en él iniciaba mis estudios de piano.
Los recuerdos siguieron
saliendo a flote al ver el chalet de Ordoño II, ahora convertido en un moderno
edificio que pronto será el Ayuntamiento. En él, ¡cuántas exposiciones de
pintura contemple!
Los aguinaldos, acumulados
a los pies de los guardias de tráfico en las Navidades, me hicieron sonreír. Mi
hermano me llevaba a ver esas dádivas tan generosas, regaladas a unos hombres
que trataban de regir lo mejor que podían, un caos circulatorio que ahora dos
colores, el verde y el rojo, mantienen a raya.
La inmaculada belleza de la
nieve, me sumió en años atrás cuando el invierno era eso: invierno. Sólo hay
que ver la fuente helada de Santo
Domingo su vista es todo un espectáculo. Tanta belleza en el centro de León, no
desvalorizaba en absoluto el sambenito que largamente se nos dio: el ser una
ciudad muy fría en el ambiente, pero no en su gente.
Ahora que la foto que más
me impacto, fue un vista aérea de León
en la cual pude vislumbras, entre una maraña de tejados y calles, la casa donde
yo nací.
Confieso que volví sólo
para ver dicha fotografía, me planté delante de ellas y el tiempo dejó de
existir para mí. Ante su vista repasé lentamente, año tras año. Las vivencias que en ella tuve, fueron tan
extraordinarias, que la nostalgia de esos años que jamás volverán me dejó
triste y con muchísimas ganas de llorar. Hoy esa casa ya no existe. Hace tiempo
que una pala excavadora deshizo mis mejores años y rompió en añicos todos mis
sueños.
En fin, como dije al
principio, el poder haber visto esas fotos de cuando éramos unos niños, o de
cuando ya estábamos en edad de bregar en la difícil lucha por un trabajo que
nos sacara de nuestras penurias, tal vez nos halla traído recuerdos felices o
por el contrario, más bien dolorosos.
Porque para muchos el echar la vista atrás, es como desbrozar unos años
cruciales de los cuales quieren olvidarse y pasar a un presente quizá más
digno.
En todo caso, esas fotos
para bien o para mal, nos hicieron
retomar o vislumbrar un pasado, que espero de todo corazón como el artista que
las tomó, no nos haya traumatizado.
R.P. intelectual 00/2008/1318
León, 1
Octubre 1997
21 comentarios:
La verdad es q volver la vista atrás es muchas veces doloroso, pero hay q hacerlo, no debemos olvidar quienes hemos sido y lo q hemos vivido, eso sí q sería aún mas doloroso...
un besín Luisina
Es una delicia leer y recordar cosas del pasado
Javier
wow!! esto es bueno me encanta leer cosas de tu niñez bss
Ligia Houben
No sabía que además de pintar, escribes, es muy hermoso todo
Patricia W.
Es bonito poder volver la vista atras y ver como las cosas han ido cambiando, eso es señal de haber vivido.
Aunque se nos empañe el corazon de cierta nostalgia por ese tiempo que, con lo bueno y con lo malo, no volvera.
Tienes unos recuerdos muy bonitos
un abrazo
Guzman
Leer estas "reliquias" que guardas en tu memoria, hace volver al pasado
Tere
¿Cuánto daría yo por tener esos recuerdos? son maravillosos
Pablo
Recuerdo que mi madre me contaba los regalos navideños a los pies del guardia que dirigía el tráfico,
Amparo
¡Es fabuloso leer esto que has escrito!
me gusta mucho
Miguel
Razón tienes que las nevadas antes eran de durar todo el invierno, lo describes muy bien´
Alicia
Me encanta leer tu artículo en el cual pones hermosos recuerdos
Mª Asunción
Eres fabulosa contando cosas pasadas
Elena
Para algunas personas los recuerdos pasados, pueden ser dolorosos. Tú sin embargo, sacas a la superficie lo más hermoso que en ti quedó, gracias
Francisco
Mi mejor recuerdo lo volveré a revivir el 22 de diciembre... Me despertaré como cuando era pequeño, en mi casa de León al son de la lotería de navidad!!
Siempre hay nostalgia por cosas ya pasadas y más, cuando quedan muy grabadas
Susana
Los recuerdos agradables o no tan agradables, siempre estás ahí
Un abrazo
Pablo
Tu memoria para cosas pasadas, es maravillosa y más, si son hermosas
un beso
Raquél
Qué bonito artículo. Revivir recuerdos olvidados, fue muy emocionante!!!
Pablo P.
Es una maravilla leer tus recuerdos, fueron muy intensos
R. O.
Es una verdadera maravilla. Todos los recuerdos que describes son preciosos, tienes una mente llena de muchas cosas bonitas
Carla
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