EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

lunes, 1 de abril de 2013

UN GRAN VACIO

                                    




Yo me pregunto y, muchos nos preguntamos alguna vez que otra, ¿qué ha sido de fulano o mengano? ¿Dónde están? ¿Seguirán vivos? Y es que a veces cuesta trabajo pensar cómo una o más personas, de la noche a la mañana, se hallan difuminado por completo.


Tenemos casos de gente dedicada al mundo del espectáculo en todas las versiones, sin ir más lejos, que llegan a la cúspide. Sus meteóricas ascensiones suelen ser, por lo general, muy ostensibles y sus rostros prevalecen tanto en noticias, como prensa o revistas. A veces, nos llegan a atosigar tanto, que nos sentimos unos parias a su lado. No hay acto o fiesta en el que no veamos al famoso o famosa de turno. Lo copan todo. Sus conversaciones insustanciales dan el tono justo, para medirlos como unos petulantes.

Se vanaglorian de hacer esto o lo otro y la gente sencilla, como nosotros, nos quedamos embobados oyendo sus majaderías. Porque una cosa es escuchar a una persona que sabe hablar y además lo que dice se puede oír porque trata de temas que nos agradan. Cosa que ésos otros, jamás podrá prestar toda nuestra atención. Airean sus vidas sin el menor recato.


Bailamos al son que nos tocan y tan contentos. Nos manejan a su antojo como si fuésemos cosas superfluas de usar y tirar.
Ponen precio a todo lo que cualquier mortal es de lo más normal.. Sus exclusivas millonarias nos hacen enrojecer de vergüenza a los que un acontecimiento familiar es algo más bien íntimo. Pero como decía mi abuela: “En ésta vida todo tiene su fin y lo que sube baja”. A veces más deprisa de lo que uno espera.


De efímero podemos calificar el paso por esa gloria que muchos tocaron. Todo trigo que no es limpio se desecha y es cuando un gran vacío envuelve a esas personas que carecen de toda ética. Se indaga en sus mundos, la mayoría de las veces oscuro y deprimente. Los entresijos de sus ocultas vidas salen a flote y con ello, el fin de sus reinados. Su estrella se apaga para siempre. Su pista se pierde en la noche de los tiempos. Sólo podemos decir: Qué lástima, caer en ese vacío por creerse unos intocables.







R.P.00/2008/1319

León, 30 Noviembre 1996