EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

jueves, 15 de diciembre de 2011

EN EL CÁLIDO RINCÓN









La mañana se abría paso en un cielo enmarañado de nubes grises, casi negras. El intenso frío arañaba sin piedad la solitaria y angosta calle, que cubierta de copos de nieve daban un paisaje invernal.
Berta sacó la mano que tenía bajo el chal de lana y la acercó al cristal. Intentó borrar la fina escarcha para ver mejor, pero desistió al comprobar que no podía. Volvió a resguardarla y se fue a la cama.

Se tapó y sus manos buscaron el vientre, lo acarició con gran ternura trasmitiendo a través de ellas, todo ese amor que intentaba dar al hijo que estaba dentro.
Cerró los ojos y trató ver a ese ser que día a día, se había ido formando. Ya estaba totalmente conformado y ahora a esperar, le habían dicho.
“¿Cómo será? –musitó. Su mente comenzó a dibujarlo.
¡Oh Dios! –dijo alborozada, cuando sus manos palparon un diminuto pie que, se movía en el vientre.
¿Quieres salir? No, aún no. Espera unos días.
La respuesta fue otro pequeño golpe.
Cariño mío, dentro de poco saldrás. Estás mejor en el cálido rincón en el cual vives. Ahí estás caliente, yo te protejo.

Otro pequeño movimiento.
¿No quieres estar más tiempo ahí? Por favor amor mío, estate quieto. Déjame disfrutar unos días más contigo en ese rincón tan cálido y hermoso en el cual estás.
El movimiento cesó. Una hora más tarde se levantó. Nevaba copiosamente y el frío se colaba por cualquier abertura.







El día transcurrió con mucha lentitud. Las horas no tenían prisa por pasar. El reloj tan veloz antes, le costaba trabajo mover sus agujas. Eso al menos le parecía cada vez que lo miraba.
Se encontraba cansada, pesada y sin ganas.
Es mi hijo que ya desea nacer.
Cuando el niño salió del cálido rincón, protestó llorando.
-Es un hermoso niño ¿cómo lo va a llamar? –preguntó la enfermera posándolo en el pecho de la madre.
-Hoy es Navidad. Le llamaré Jesús –contestó abrazándolo contra ella.







León 25 Octubre 2011

domingo, 4 de diciembre de 2011

JÓVENES DE HOY










Les estuve observando un rato. Reían, hablaban, se gastaban bromas con esa incontenible alegría que tanto denotan. Era un grupo de jóvenes, tres muchachos y dos chicas. Unos libros abandonados, olvidados por unas horas, ocupaban la esquina de un banco donde se sentaban dos de ellos.


La vida a su alrededor continuaba. Las prisas, el tráfico, el caos diario que tanto nos priva de los placeres más hermosos y gratuitos que tenemos como es la vida misma.
Los jóvenes de hoy, indudablemente, son más altos, más guapos y, casi todos estudian. Tienen unos conocimientos en materias, que la mayoría de los padres desconocen.
Su vocabulario a veces, desconcierta. Sueltan tacos como la cosa más normal. Usan un lenguaje acorde con su educación. Pasan de todo. Se creen estar en posesión del saber absoluto.


Es desmoralizador ver y oír como nuestros jóvenes, los que dentro de unos años tendrán las mismas obligaciones que nosotros, sus padres, hayan dejado en el trastero, como un trasto más, la educación, los sentimientos, la moralidad y el amor. Viven al día. Corren hacia el abismo sin importarles nada las generaciones venideras.
La droga, sida, vicio y violencia, eclipsan los valores humanos en una escala tan ascendente, que algún día lamentarán.


Me marché de allí con una sensación de vacío. Sus risas quedaban en él aíre.
¿Quién tiene la culpa? ¿Nosotros? Sinceramente no lo sé. Espero, que estos aciagos pensamientos se disipen como la niebla. Yo apuesto por ellos. La vida es muy hermosa y hay que vivirla de una forma sana e inteligente.










R.P.intelectual 00/2011/3021
León, 15 Noviembre 1993