EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

domingo, 27 de septiembre de 2020

DIÁGOLOS DEL CORAZÓN

CORAZÓN Amado mío: en un mudo diálogo interior dejo hablar mi corazón. Todo lo que jamás podré decirte, lo que está recóndito en las profundidades de mí ser. Necesito amar, sentir que mi cuerpo esta vivo, que vibra al ser acariciado. Recorrer con mi boca tu cuerpo, sentirme abrazada, arropada en las noches sin fin. Quiero ser parte de ti, que enjugues mis lágrimas cuando mi corazón este triste, ser el aire de tus pulmones, necesito dar todo lo que anida en mí. Amar y ser amada, grita mi corazón oprimido, reprimido por la zozobra. Eres la única razón de mí de mí existir. Fundirme en la sangre de tus venas, palpitar con tu corazón. Beber el mismo cáliz de los sinsabores de la vida. Ser el bálsamo de tus heridas. Eres el oasis de mi ardiente corazón. Quisiera ser tu voz, tus pensamientos ¿En qué piensas? Nunca me lo dirás. Soy una página en blanco, escribe en ella todo lo que tu corazón siente ¿Me amas? ¿Me necesitas? Tengo sed de ti, de tus besos. Sed de tus caricias. Sed de tu amor. Déjame beber del manantial que brota por tu boca. Mi voz es un mudo lamento de amor. Abrázame fuerte, necesito tu calor, tu aliento. A tu lado he encontrado la paz que mi alma errante buscaba. Yo soy el lirio, tú eres agua. Soy la más bella mariposa que se posa en tus labios libando tu amor. El cervatillo que corre asustado buscando el calor de un pecho henchido que desborda amor. Cuando no, soy un violín que vibra gozoso cuando acaricias con tus dedos esas cuerdas que gritan y lloran amor. Soy la paleta del pintor. Te ofrezco los colores más hermosos para que pintes lo que no existe para nadie, excepto para mí. ¿Sabes lo que es el amor? Es vida, es muerte, es luz, es oscuridad, es alegría es tristeza, es dar, es recibir. No hay engaño, no hay silencios. Sí perdón. ¿Qué puedo decirte ya? Que este callado amor jamás florecerá, pero nunca morirá. Yo te amaré siempre con amor. Quiero ser el agua que bebes, en la que te sumerges, la que limpia mis pecados, la que lame tu piel. Ser tu camino, caminar sin metas, sin barreras. Enlazar nuestras manos y buscar la libertad fuera de las rejas. Ser la gota que colme tu felicidad. Desnudarte en la penumbra, deslizar mis manos por tu piel, cerrar los ojos, no desear más. Ser el pentagrama de tu música, las notas de tu canción. Dejar que mis sentidos se pierdan con la fuerza del amor. Amarte, amarte hasta el desfallecimiento. Eres la fruta más sabrosa a mi paladar. Mi corazón no tiene cancelas, ni cerrojos. Siempre estará abierto para ti. Amo en el silencio de mis largas noches. Amo en la soledad de mi mundo. Amo en las tardes calladas, mientras el sol muere en la lejanía. ¿Sabes lo que es amor? Es vida, es muerte. Es luz, es oscuridad. Es alegría, es tristeza. Es dar, es recibir. No hay engaño. No hay silencios. Sí perdón. Volveré una y otra vez a tu fuente para calmar mi sed. ¿Qué más puedo decirte ya? Que éste callado amor jamás florecerá, pero nunca morirá. Yo te amaré siempre. Quiero ser la tierra que cubra tus restos. La mortaja que arrope nuestros cuerpos. León-5-1990 LUA ZIAL

domingo, 6 de septiembre de 2020

TE DOY UNA COMPAÑERA

DÉBILES MORTALES El otro día, acompañé a una persona a un centro hospitalario, ya que tenía que hacerse varias pruebas y análisis. La espera fue larga y durante ese tiempo pude constatar que, todos los que allí acuden por una causa o por otras, automáticamente pierden su orgullo y en sus rostros aflora la angustia, el miedo y la soledad. En ese largo tiempo de espera me dediqué a observar a las personas que allí estaban y una de las cosas que más llamó mi atención fue, que tanto los más jóvenes, como los de más edad, exhibían en sus rostros, casi sin darse cuenta, la lógica preocupación de tener que acudir a ese centro. Poco a poco, las verdades ocultas salían a flote y los que momentos antes de entrar eran seres altivos, se iban transformando en débiles mortales. Habían nacido con un cuerpo que albergaba una fantástica máquina, única en su género. Pero ya fuera por causas ajenas o bien, por excesos y abusos en sus funciones, esa maravillosa máquina, empezaba a fallar y se manifestaba en diversas protestas que les llevaba a visitar el centro hospitalario con cierta suspicacia. Mis ojos escrutaban los rostros de las personas que esperaban a entrar en la consulta y generalizando deduje, que cuando el cuerpo lanza ese aviso de que algo anda mal, todos los seres humanos vuelven a sus orígenes es decir, a su condición de débiles mortales en la cual, las enfermedades no hacen distinción alguna entre pobres y ricos, puesto que todos provenimos de una misma raíz. Unos junto a otros, estaban sentados esperando ser llamados y por una vez, creo que lo único que les diferenciaba, era su ropa y forma de comportarse. En esos momentos cruciales es cuando uno se da cuenta que el dinero no lo es todo; puede ayudar a una mejor atención, pero nada más. Todos hemos nacido bajo el estigma de la mortalidad y allí nos hemos de encontrar. R.P.00/2008/1318 León 14 Abril 1996