
U N A C A R T A
C O N N O M B R E S P R O P I O S
Querido
hijo: aprovecho a escribirte hoy que no
tengo que sacar las vacas, pues como ya
sabes,
ando muy mal de la reuma y el tío Melecio,
se
ofreció a llevarlas a pastar.
Como
no puedo estar sin hacer ná, he decidío
contarte tó lo que acontece por aquí,
ya que desque
te vio Viturniano, han
pasao muchos meses y hasta
hoy no he tenío tiempo de darte noticias.
En
primer lugar te diré, que los hermanos
Espeusipo, Eleusipo y Meleusipo, se tallan
este
año. La señá Creciniana está mu
disgustá, ya que
sino hubieran sío trillizos, no se quedaría tan sola y
con
tanto trabajo que atender, pues la guaja de la
Vitalina,
aún es mu pequeña pa esos menesteres.
Las que si lo van a sentir son sus
novias, ya sabes,
la Potenciana, la Exuperia y la Tenestina.
Por
cierto, que la tal Potenciana se nos ha revelao
como una moza de mu buen ver, ¡quién
lo diría! Con
lo canija que es Santipa;
claro que en la esbeltez,
puede haber salío a su padre Estratónico, y dicen
por ahí, que tiene algo de su abuela Sinclética que
era una belleza mu lozana
(yo no la conocí). Y
hablando de mozas, el otro día preguntomé por ti
Criscona, la hija de la Marciolina. Paece que la
rapaza está mu interesá
en ti, aunque no sería de mi
agrado que te la echaras de novia, pues se la ha
visto con Teusetas y Fileto marchar
a los praos del
tío Concordio
¡Menuda camastrón está hecha ésa!
Ya ves tú, y la mu pingo no tiene bastante
con esos
dos, que en toavía me pregunta por ti. Y ya que
estoy metía en el tema
de las mozas, ya puedes
tener cuidao con las señoritas de la capetal cuando
vas
de permiso. Sólo quieren sacar los cuartos y que
las magreen, pues como dicen
que son unas liberás...
(como verás, me estoy poniendo al día en cuestión
de
palabrejas que, aunque muchas no las entienda,
suenan bien). A saber si luego
no te cargan a ti con
el mochuelo de otro más espabilao.
Me
gustaría que cuando acabes la mili, pretendieras a
la hija de la señá Jaderes, ya sabes, la Cancionila.
Es maja y honrá y hasta ahora, no tiene ningún
pretendiente.
Dicen las malas lenguas que si
Vivenciolo
sobrepasosé un día en la huerta de la
Cristeta,
pero paréceme a mi que son ganas de
ponerla en entredicho. Ya tiene bastante
ella con
cuidar a su madre que el mes pasao, la dio una
ambolia y con su padre Estercario que cada día
está peor de la
póstrata. Pá mí, que to es cosa de la
Pelagia,
que junto a la Sóstenes, la Vibranda
y la
Nicerata son las que levantan tales mentiras.
Te
diré que al tío Pelucio le parió la
vaca un
hermoso ternero. Ni que decir que está mu contento
¡A ver quién no! El
otro día vino a verme tu amigo
Panfilón
con su mujer Mustiola, que por cierto, si
él no te ha
dicho ná yo te lo adelanto: ¡Está
esperando un rapaz! Según contóme ella, lo
está
pasando mu mal y no ve el día de echarlo pa fuera.
Por lo demás están mu
bien y dieronme recuerdos
pa ti.
Están
diciendo una novena por la tía Tértula, ya
que está mu malica la pobre.
Yo ya le dije al padre
Calistines,
que no podía asistir, pues la reuma no
me deja ni caminar.
Cualquier
día te irá a ver tu tía Capitolina,
ya que
tié que ir a la capetal por asuntos de la herencia, ya
sabes, las
tierras que dejóle su tío Tranquilino.
Yo
no lo veo mu claro, pues creo que una sobrina del
tal tío que se llama Pomposa y de la que nunca
habíamos
hablar, se ha buscao un abogao mu
afamao y no sé si no la dará un desgusto a tu
tía.
Pos bien, cuando vaya te llevará unos chorizos de la
matanza.
Este
verano ha sío mu caluroso y no veas tú la que
se armó el sábado cuando llegó de
vacaciones
Melitina, la hija de doña
Gerosa. Esa sí que está
liberá hijo.
Tenías que haberla visto como se
presentó. Asonrojome entoavía, ahora que te lo
escribo. Una camiseta toa llena de agujeros, que aún
estoy pensando si es la
moda o es que se la ha roto
y como no debe de saber coser, pues se la planta
así.
Luego, unos pantalones tan ajustaos y cortos como
lo son tus calzones ¡Te
digo que es
una desvergonzá!
Y su madre no ve mal que su hija ande revolviendo
a los mozos, pos sin ir más lejos, la semana pasá se
zumbaron Procopio y Epafrodito por su causa. Es
una lástima que chicos tan buenos y sanos, les
pongan la sangre revuelta esas
lagartonas. A saber
que hacen en la ciudad tan sueltas. Al señó
Jocundiano le tocó unos miles de duros
en una
queniela que hizo a lo tonto y dice que se va a
comprar una tele. A to
el pueblo tiene revolucionaó
pues dice, que la va a poner en una habitación
grande y que pueden ir a verla toos los que quieran.
Ya ves tú, lo que nos
faltaba pa acabar toos siendo
unos
impíos, pos según contome la seña
Exuperancia,
hay mozas que salen con toas sus
vergüenzas al aire y las entimidades del
matrimonio
se ven toas a la luz, ¡madre! Yo que estuve casada
casi trenta años
y Calcedonio tu padre, que en
gloria
esté, jamás me vio, en fine, tú ya me
entiendes
La
pared de la cuadre, acabose de caer y por más
que digole a Patermucio que me la levante, no
acaba de venir. Dice que espere a
que venga su
primo Torpetes y así la
compondrán más pronto.
Ya
tengo apalabrao con Getulio y Landricio
lo de la
vendimia. Trabajo costome y más duros de los que
yo pensaba pos la Salusia
decía, que sus hijos no
trabajan en balde.
El
que se nos ha subío de tono es Mamertino.
Cada
día nos pone más caros los arteculos y cuando
protestamos, ¡nos dice que
es la iva! A saber qué es
eso.
Su
hijo Curótono, que es un estudiao,
una vez
quiso enterarnos, pero pa mí, que to es cuento y
una manera mu descará
de sacarnos los cuartos.
Vamos a nombrar una comisión de vecinos, pa ir a
ver a
don Potentino el alcalde y ver si tié derecho
a subir así las cosas. De momento la Trifina, la
Sóprata y la Ciprila,
ya se han apuntao pa ir en la
comisión. Sólo están esperando a que Mansueto
venga de vacaciones que como tú
sabes, es hijo de
la Ninfodora y trabaja en la
capetal en una
empresa de limpieza. Además de estar pulío, ha
espabilao mucho y
sabrá entender mejor lo que se
hable.
La
semana pasá, enterramos a doña Perseveranda.
Su hermana Eusebona dice que murió de unas
fiebres
que cogió cuando estuvo sirviendo en la
capetal, ¡ya ves tú! Y de eso hace ya
bastantes
años. Lo que pasa, es que la santurrona de su
hermana la quié tapar,
pero tos sabemos lo que
hacía y más ahora que una endiscreción de don
Calistrato el médico, ha dicho que
murió de cáncer
en un sitio que no te puedo decir ya que me
asonrojo. Ya sabes
hijo, yo soy mu moral y esas
palabras son mu fuertes.
Bueno
hijo, no sé que más ponerte. Creo que no
mese halla olvidao na. Espero que me
escribas
pronto y que me cuentes lo que haces y si te dan
bien de comer. Na
más.
Un
fuerte abrazo y muchos besos de tu madre que
apená está po tu lejanía.
Firmado:
Flodoberta Rebianos
R.P.
intelectual 00/2008/1319
León,
Enero 1987