EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

sábado, 14 de julio de 2018

UN PEQUEÑO ERROR ORTOGRAFICO

       Resultado de imagen de paisajes naturales hermosos


           UN PEQUEÑO ERROR                             ORTOGRÁFICO




Una familia inglesa pasaba sus vacaciones en 

Escocia. Durante uno de sus paseos, observaron una 

pequeña casa de campo que les pareció adecuada  

para pasar sus próximas vacaciones.

Preguntaron quién era el dueño, el cual resultó ser 

un pastor de la iglesia Anglicana, al cual se dirigieron 

para que les enseñase la finca. El propietario 

amablemente lo hizo, y tanto su situación, como por 

su comodidad les encantó, comprometiéndose para 

alquilarla en sus próximas vacaciones.

Ya de regreso en Inglaterra, repasaron de memoria 

todas las habitaciones, dándose cuenta de que no 

les había el W.C. (servicio). Dado lo meticulosos que 

son los ingleses, decidieron escribir inmediatamente 

al pastor, rogándole les indicara, dónde se 

encontraba dicho lugar.

Recibió el pastor la carta y al desconocer la 

abreviatura W.C., creyó que dicho lugar importante 

sería “Well Chapetel” (nombre de la iglesia de la cual 

era el párroco) y, les contestó de la siguiente 

manera:

Estimados señores: Con gran pesar debo decirles 

que, el W.C. se encuentra situado a doce kilómetros 

de la casa, lo cual es molesto si tienen la costumbre 

de ir con frecuencia. Hay una línea de tranvías que 

pasa cerca y los que la usan, llegan en el instante 

preciso. Otras personas suelen ir a pie y suelen 

llegar tarde. El lugar es amplio y como es el único 

para toda la comarca, tiene cabida para cien 

personas sentadas y cuatrocientas de pie. Los 

asientos de terciopelo rojo, y mientras dura la 

sesión, un coro de niños entona canciones en tan 

importante momento.

Hay también aire acondicionado, para evitar los 

olores de tan grandes aglomeraciones. A la entrada 

se les da un papel se les da un papel a cada uno, y 

la persona que no alcance el papel, puede usar el del 

compañero de asiento, pero debe devolverlo al salir 

para seguir usándolo toda la temporada. Todo lo que 

dejes allí depositado, sirve para dar de comer a los 

pobres de la parroquia.

Además, disponemos de fotógrafos, los cuales se 

encargan de  retratar a las personalidades más 

importantes durante las funciones, con el fin de 

publicar sus fotografías en el periódico semanal, 

para que sirve de ejemplo de éste santo y respetable 

lugar a donde todos debemos  ir con alegría en el 

corazón y con la seguridad de que hemos de salir, 

con el cuerpo aligerado de la gran pesadumbre que 

en el atesoramos.

En la seguridad de encontrarles entre los grandes 

benefactores, les saluda atentamente:

                               El pastor

León-7-2018
                                  

lunes, 2 de julio de 2018

¿QUIÉN CORRE MÁS?







¿QUIÉN  CORRE  MÁS?

           
 
Llega una edad que el tiempo ya no juega con nosotros. 

Pasa de largo y ¡qué  manera de pasar! Las fechas más 

significativas de nuestra vida, se suceden unas a otras con 

mucha rapidez eso comprobamos cada vez que, 

deshojamos el almanaque hoja a hoja.

Más de una vez hemos echado la vista atrás y decimos con 

nostalgia lo feliz que fuimos tal día, aunque el motivo visto 

ahora, sería de lo más nimio. Revivimos con notable nitidez, 

detalles que nos hicieron reír con esa risa tan fresca o llorar 

con desconsuelo ante un hecho injusto.

Juegos que nos mantenían horas y horas disfrutando, 

sacando nuestra destreza e ingenio. Esas travesuras que 

desquiciaban y enfadaban a los que las sufrían.

Los años tan esplendorosos  de nuestro paso por el colegio, 

porque los amigos y compañeros que allí se hicieron, nunca 

morirán en nuestro recuerdo. De una u otra forma, siempre 

estarán ahí.

Cuando nos encontramos con un compañero de “pupitre”, 

es inmensa nuestra alegría. Los años regresan frescos, 

lozanos como si estuvieran en la cola esperando su turno. 


Alborozados nos excluimos  por un tiempo, de todo lo que 

nos rodea.  Añoramos todo lo que formó parte en ésos años.


-¿Te acuerdas de cómo Doña Resti nos castigaba

-¡Uf! Es difícil de olvidar. Todos los sufrimos.

-Unos más que otros. A Teresina ¡le tenía una manía! Todos 

los rotos recaían en ella.

-Era una chica muy bobalicona y la verdad creo, que todos 

nos aprovechamos de su simpleza.

-¡Qué bichos éramos! Nada nos detenía.

-¿Recuerdas a Felipe?

-Jajaja y, ¡quién no! Lo que nos reímos cuando salió de la 

fuente chorreando.

-¡Pobre chaval! Seguro que su madre le zurró bien.

-Es que era muy temerario. A pesar de ser difícil llegar 

dónde esta el chorro, para él fue todo un reto.

-Y, ¿qué me dices del día que tocaba “fregar” los pupitres?

-¡Oh, qué recuerdos! Bonitos de verdad.

-¡Vaya competencia que había! Raquelita y comparsa, eran 

las mejores.

-Es que además de ser el grupo más adelantado, sus 

familias eran de alguna manera pudientes. Lo que llevaban 

era todo un “arsenal” de limpieza.

-Así todo, era una mañana gloriosa. Cuando se terminaba la 

limpieza se ponían al sol para que se secaran.

-¡Nosotras sí que debíamos de estar al sol! Abusábamos 

muchos de la manga.

-Ya, pero lo bien que se pasaba, era para recordar siempre.

Cuando nos despedimos la puerta se cierra y volvemos al 

presente. Nuestro sabor de boca es agridulce.

Comentamos con alguien nuestro encuentro y dejamos salir 

toda esa niñez, que aún queda en nosotros al repasar una 

felicidad  pura que anidó en nuestro corazón.

-¡Fue maravillosa! Estaría todo un día hablando. Del tintero 

que había en el pupitre y las malas pasadas que nos

jugaba. Basta que estuviese recién limpio para que se nos 


derramara su tinta.Del mes de Mayo y el encanto que tenía. 

En el salón en el cual día a día, se celebraba un acto         

que duraba una hora más o menos, era grande y enfrente 

según se entraba, estaba la imagen de La Virgen. Al estar el 

mes dedicado a ella, le rendíamos todo nuestro amor y con 

fervor, rezábamos un largo rosario.

Era muy agradable el estar allí. El sol entraba por los 

grandes ventanales quedaban al patio.

Flores de todos los tamaños y colores, dejaban escapar un 

delicado aroma que se expandía  por el recinto.

Mientras rezábamos el avemaría, la vista recorría los 

muchos tarros con flores, que a los pies de La Virgen le 

rendían nuestro cariño.

Sí, porque nosotras teníamos el deber de llevar las flores. 

Las “pudientes” llegaban con ramos de floristería, pero las 

que no podían, iban a los campos que estaban exuberantes  

a recoger las más bonitas.

Margaritas, campanillas, malvas etc. Los ramos eran 

preciosos por su variedad y colorido, además del olor tan 

fresco y natural. Felices por ofrecer nuestro regalo a La 

Virgenlo mimábamos cambiando el agua dos, tres veces 

hasta el día siguiente que iba a engrosar la fila.

Ahora, te da respelú mirar el almanaque porque de una 

manera implacable, te recuerda el tiempo que has vivido, el 

tiempo que has desperdiciado, el tiempo ¿qué te queda…?













r.p.00/2008/1318

León 22-2-2007