EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

lunes, 20 de junio de 2011

UN PIANO SIN TECLAS


















El estar a tu lado, era una constante sonrisa, sabías cómo provocar la carcajada sin inmutarte.
Amigos y compañeros, no había dedos en la mano para contarlos.
Eras un “dandi”, esa es la mejor definición que se te podía dar. Traje, camisa blanca y más de las
veces, pajarita o lazo. Zapatos relucientes y una cortesía tan natural que cautivaba. Tolerante
con todos, huías de las discusiones y “malos rollos”, no deseabas que se hablara mal de alguien en tu presencia.

Quiero a mis hermanos, pero cada uno deja en mí ese recuerdo que, muchas de
las veces es
único. El mejor regalo que de él tuve, fue cuando en mis manos puso un maletín de pinturas.
Afianzó aún más la inclinación que tan natural tenía por pintar.
Te fuiste lejos. Las notas del piano salían alegres, con sus melodías, allegros vivaces, forte,
recorriendo los países dejando en esos lugares, todo los que ánimo transmitía.

Eras un titán luchando contra ese enemigo que sin tu permiso, se había instalado en tu cuerpo
que albergó una vida llena de sonrisas, bromas y el disfrute de lo que tanto te llenaba: la música.
El sufrimiento fue muy duro y, las pocas veces lo que dejabas salir, se veía en tu rostro. Hasta el
último momento la sonrisa afloró en tu boca para los que te atendían, por un jocoso comentario.

La tapa del piano bajó y dejó sus teclas sin luz, desafinadas, mudas.
Una noche de un cálido mes de Junio, cuando cerrábamos los ojos para dormir, tú los cerrabas
para siempre. La Luna se escondió entre las nubes para que no la viesen llorar.

*La tristeza es grande en mí sin tu presencia






León 18 – 6 -2011

lunes, 6 de junio de 2011

ATENAS, PIEDRAS LLENAS DE HISTORIA



Aeropuerto de Barajas

A las 11 y 40 minutos en un día con muchas nubes, tomé el avión rumbo a Atenas. Un vuelo que duraría tres horas y 15 minutos, por cierto el avión tiene por nombre GRULLA. La Grulla trashumante del cielo. Cuando rebasó las nubes negras y grises, salimos a un cielo azul. Una rápida mirada a los pasajeros que podía ver, comprobé que iban ya dormidos, todo lo contrario a mí, que iba mirando la inmensidad del azul y el sol que daba todo el esplendor al día. Bajo la panza del avión, muchos metros abajo, quedaban esas nubes cargadas de agua. Sobrevolamos Valencia, Palma de Mallorca, Cerdeña, Italia y Atenas. Los mares Mediterraneo, Estrecho de Bonifacio, mar Tirreno y mar Jónico. Estamos a 11.000 metros de altura. Comimos y luego pedí una crema Alisa. Veo entre las nubes el volcán Strómboli con una fumarola de humo, al norte de Sicilia. Volamos sobre el mar Tirreno, azul e imenso como lo es el cielo. Pasamos las islas Lante, una de las islas Jónicas y entramos de lleno en el Peloponeso rumbo a Atenas. Estamos en la tierra de los dioses griegos

Hotel de Atenas









Después de llegar al hotel, muy coqueto con una pequeña terraza en la cual, hay una mesa redonda y dos silla, pero lo más "in" que se ve el Acrópolis, perfecto para estar ahí sentado y admirar la preciosa vista.
Nos fuimos a tomar contacto con la ciudad, paseamos por el barrio Plaka, la zoma en la cual estaba el hotel. Lleno de tiendas con todo lo relacionado con Atenas. Nos sentamos en una terraza y enfrente, en las alturas el
Partenón, es maravilloso verlo de noche ilumina



Bebiendo cerveza




Pedimos dos cervezas, estaba escribiendo y cuando miré, "dos barriles" parecían los grandes vasos donde estaba la cerveza.


Bebí unos tragos y no quise más. Paco me cambio el vaso por
el suyo que había poca. Nos reimos cuando vimos como el camarero dirigió su vista y el ver el vaso casi vacio, el gesto asombro fue percatado por nosotros, pues minutos antes lo vio
más de la mitad. Fuimos a cenar a una taberna en la terraza, aunque estaba fresquito, pues había llovido por la noche.


Platos griegos: Moussaka (lasaña con berenjena). Saganaki (queso frito). Tzatzki (yogur con pepino). Después de cenar poco a poco, nos fuimos al hotel.



Ladera de la Acrópolis






















Otro día más a las nueve y media comenzamos nuestro particular pleripo. Nos vamos a ver la Acrópolis, digna de ver y ser radmirada .El lugar donde se construyó y el trabajo tan colosal que hicieron.


En la colina de la Acrópolis, están los templos y propileos, casi tres horas y media para ver todo. Cuando bajamos de la colina estábamos tan llenos de cultura griega, que nos sentíamos felices.



Teatro Dionisios












Teatro Dionisios













Subiendo el Acrópolis



Ladera de la Acrópolis

Subimos a ver el Areópago, antigua colina frente a la Acrópolis, donde los griegos juzgaban a los criminales y asesinos. Entre ellos, el mismísimo Arles, dios de la gerra cuya colina lleva su nombre .

Fuimos al hotel a cambiarnos de ropa, dejar las bolsas y volver para cenar platos griegos, como siempre ya que nos gustaban mucho por su variedad. Las ensaladas eran deliciosas.




Propileos (entrada)


A las nueve y media nos vamos camino de la Acrópolis. Tres niveles, en el subsuelo pueden verse, los restos de la antigua Atenas. Esta en proceso de sacar a la luz las casas, mercados, pozos, plazas que estaban en la ladera de la Acrópolis. Suelos con motivos de mosaico. Luego comenzamos por el nivel que muestra, cómo comenzó a construírse el Partenón.

Vista desde Acrópolis








La colina vacía, esperaba una construcción minuciosa, larguísima muy laboriosa y, con mucho entusiasmo de las personas que integraron la construcción. Años y años viendo cómo la idea iba tomando cuerpo.



Partenón


Los primeros asentamientos de la Acrólopis, aparecieron a. finales del siglo VI a. C. pero en el año 510 a. C. el oráculo de Delfos declaró que debía de quedar reservada a los dioses.



Los propileos conformaban la entrada a la Acrópolis y el 432 a. C. son de una excelencia arquitectónica a la altura del Partenón.
En el siglo XVII sufrieron graves desperfectos cuando un rayo provocó una explosión en un polvorín turco. El Partenón monumento que encarna más que ningún otro la gloria de la antigua Grecia.



Partenón




Partenón significa "apartamento de la Virgen" y es el mayor templo dórico construído en Grecia el único hecho en su totalidad de mármol pentélico a excepción de su tejado de madera. Erigido en lo más alto de la Acrópolis, este edificio tenía doble función de albergar la gran estatua de Atenea encargada por Perícles y servir como tesoro.
Fue costruído sobre las ruinas de al menos cuatro templos anteriores dedicados al culto de Atenea con el fin de ser el monumento más destacado de la Acrópolis. Diseñado por Justino y Calicrates bajo la supervisión de Fidias

Partenón





Las obras empezaron en el 447 a. C. El templo se componía de 8 columnas dóricas estriadas en cada extremo y 17 a cada lado. Para lograr una forma perfecta, sus líneas se curvaron ingeniosamente hasta crear una ilusión óptica: los cimientos se hicieron ligeramente cóncavos, las columnas un poco convexas de modo que ambos parecieran rectos.

Los escultores Agoracritos y Alcamenes, surpervisados también por Fidias, trabajaron en los frontones y las secciones esculpidas del friso (metopas) pintadas en vivos colores y doradas. Había 92 metopas, 44 estatuas y un friso que daba toda la vuelta. Aunque el Partenón era santuario.

Olivo de Atenea







Ese papel lo cumplía el Erectión construido en la parte más sagrada de la Acrópolis. Fue aquí donde Poseidón golpeó el suelo con su tridente y nació el olivo.



Erectión (Carátides)





Templo consagrado a Atenea y a Poseidón. De estilo jónico. La puerta jónica, al lado norte, con esculturas de extraordinaria calidad, conducía al santuario dedicado a Poseidón, Erecteo y Hefesto. Aquí se encontraba el "mar de Erectión", el manantial de agua marina que manó en la brecha abierta por el tridente de Poseidón. Las seis jóvenes, con el peplo dórico, sostienen el entablamento con un capitel en forma de cesto.
Las Carátides originales han sido sustituidas por copias in sutu, estan expuestas en el Museo de la Acrópolis. El Erectión constituye la obra más compleja realizada en la antiguedad clásica, con una refinada riqueza decorativa. Constrasta con en vigor dórico del Partenón.




Roca del Acrópolis











En el centro del valle de Atenas, rodeada de altas montañas, como una fortaleza natural semicircular, se alza la Acrópolis, inmersa en la luz del Atica.


Plaka












Nos sentamos en una terraza del barrio de la Plaka. Llenos de gente y muy animado. Comida griega. Ensalada confeta y gyros de pollo. Después recorrimos alguna calle y compre varias cosas. Luego, nos sentamos en otra terraza a tomar frappé.



Barrio de Anafiotica







Marchamos al pequeño y blanco barrio de Anafiotica en las laderas de la Acrópolis. Sinuosas y pequeñas callejuelas de geranios plantados en antiguas latas de aceite de oliva.





Vista Acrópolis desde Aropagos




Subimos a ver el Areópago, antigua colina frente a la Acrópolis, donde los griegos juzgaban a los criminales y asesinos.


Entre ellos, el mismísimo Arles, dios de la guerra cuya colina lleva su nombre.




Acrópolis






Tras un breve descanso en los que tuve a Atenas a mis pies, volví al barrio de Plaka a tomar una cerveza en una terraza escalonada. Fuimos al hotel a cambiarnos de ropa, dejar las bolsas y volver para cenar platos griegos, como siempre.










Descanso en Plaka












Tamaño del Templo













Templo de Zeus





Frappé en Melina






Nos sentamos en una pequeña mesa junto a la pared, ya que era una calle muy estrecha. Una cafetería con el nombre tan inolvidable de la cantante griega Melina Mercuri, era la tercera o cuarta vez que ibamos allí. Casi una hora, se estaba muy bien, la temperatura ideal.Luego al hotel, estamos en el centro de Grecia típica, cerca de todo lo que deseamos ver.





Estación del Pireo




Cambio de planes comimos, tomamos un frappé, café, en Melina y vamos al puerto del Pireo. Me traé muchos recuerdos. Mi hermano Miguel fallecido, fue hace muchos años allí con una orquesta en la cual, tocaba el piano. Tengo el disco con la melodía que allí hicieron famosa de ese lugar: "Los niños del Pireo".




Muelle de Ferries del Pireo




Tomamos el tren una media hora y luego, andar, andar hasta el puerto. Subir una larguísima y cada vez más empinada cuesta.


Los últimos metros fueron agotadores, me paraba cada poco para tomar aire, beber agua y respirar.



Pireo

¡Qué decepción tan grande! Ya no existía el tal puerto de pescadores. En aquél lugar el avance imparable del tiempo moderno, había sustituido todo en cafeterías, bares y lugares para comer. Las terrazas en las que estaba, jalonaban la vera de la orilla del mar. Nos sentamos en una de ellas a reponer fuerzas, mientras miraba ese mar que antaño vio mi querido hemano surcado de barcas de pescadores y un sol que se escondía en el bello horizonte.


Regresamos al hotel a darnos un merecido remojón y un deseado descanso, luego a cenar. Hay mucho ambiente ya que es sábado. Las terrazas llenas para cenar, los comercios con toda clase de mercancia para la cantidad de extranjeros que pululan sin cesar.


A las nueve y media nos vamos rumbo a ver el estadio Panatenaiko. Un estadio restaurado para hace las primeras Olimpiadas de la era moderna en 1896. Todos los asientos son de mármol. Espectacular lo grande y bonito que es.



Cambio de guardia






Luego nos fuimos a ver el cambio de guardia, ya que los domingos es especial. Una delicia digno de ver.

La banda abría el pequeño batallón de guapos y gallardos soldados griegos llamados Evoznes, que iban marcando el paso con fuertes y ruidosos pasos, pues el tacón debía ser de madera , zapatos rojos y con un gran pompón en la punta de color negro.





Cambio de guardia


El gorro rojo, le colgaba a la derecha, un largo fleco en color negro. Falda corta, plisada blanca y una camisa también blanca, un chaleco verde oscuro con dos estolas colgando en la espalda.


Tenían unos leotardos color crema claro y en la rodilla por debajo, una cinta negra con otra que sujetaba un pequeño fleco.
Un largo fusil al hombro.

Con un Evzone







Marcaban el paso de forma militar, ondulando la punta del pie, que quedaba en el aire rítmicamente. Precioso.

Me hice una foto con uno de ellos que hacía guardia. Nada le inmutaba.
A su lado en la foto, parecía una minúscula persona que había osado estar a su "altura".



Agora romana




Luego, nos vamos al Agora Romana, donde había estado en su día, la biblioteca de Adriano. Muy grande donde había tiendas, plazas y un gran paseo.

Fuente en Agora romana





El Agora Romana albergó las actividades comerciales de Atenas Hasta el s. XIX La amplia Agora comercial de los romanos, una gran plaza cuadrada rodeada de una columnata, que alojaba tiendas y otros edificios públicos, comunicaba con la antigua ágora griega a través de la puerta de Atenea Aquergeti.





Agora romana






Durante los años de dominación turca, los intercambios se realizaban en el mismo lugar y la puerta era conocida como "puerta del bazar"





Puerta de Atenea Aquergete





Desde el período de oro de la Atenas clásica hasta el desastroso incendio de 1884, se mantuvo en su papel y el mercado, corazón de la ciudad, continuó en el mismo lugar.





Comida Griega





Después de un largo paseo por el rastro, igualito que en España. Nos quedamos a comer en una terraza de esa zona tan bonita. Más tarde, a otra para tomar un frappé. Otro larguísimo paseo, teniendo a mi derecha e izquierda, muchos restos de las épocas griegas y romanas.



Indignados, frente a la

Embaja Española



Frente a la embajada Española, vimos cómo un grupo con grandes pancartas pegadas en el suelo y escritas en varios idiomas,

protestaban por el sistema, gobernantes que últimamente nos

agobian en todos los sentidos. Vi una pancarta española. Dejé

escritas unas frases junto a otras. Llegamos al hotel, nos

remojamos, descansamos y proseguimos.






Plaka de noche





Anduvimos por todas esas calles de comercios con mercancias multicolores, grandes y pequeños hasta que fuimos a cenar.

Primero nos sentamos y tomé un campari a continuación, subimos a la terraza. La noche cubría la ciudad y desde allí, las vistas que se podían ver eran preciosas.Todo Atenas y lo más impresionante la Acrópolis iluminada.Era como un rey subido a esa gran roca en la cual estaba asentado. Inolvidable.




Isla de Egina



Hoy vamos a una isla: Egina. Espero remojarme, aunque solo sea los pies. Cogimos el ferry Flyng_Dolpriyn 40 minutos por el mar Egeo. A las 12 y media cogemos el autobús para ir a ver el templo de Afea, tres cuartos de hora por una carretera "comarcal", subiendo como un pequeño puerto, bajando hasta la entrada del templo. Somos cinco personas las que bajamos del autobús.


Templo de Afea (Egina)








Grande, con muchas columnas, enormes piedras de forma cuadradas y rectangular plazas y calles etc.



Templo de Afea



Esta muy abandonado y pocas personas vienen a verlo.Las columnas están porosas en su mayoría. El paso del tiempo y la dejadez, las daña mucho.



Esperamos el autobús de vuelta. Mucho tiempo, más de una hora. Fuimos los únicos, los que habíamos subido, que dieron algo de vida el tiempo que allí estuvimos a ese enclave muy famoso en su tiempo.


Taberna de Egina






Bajamos de nuevo a la isla de Egina. Comimos en un bar cerca de una lonja de pescado y como es natural, pedimos sardinas a la plancha, más frescas imposible.





A continuación nos acercamos a la pequeña playa.
Hay algunos barcos de pescadores fuera del agua, los están pintanto y reparando. La orilla está con muchas piedras, las voy sorteando con dificultad, pero cuando las paso, la arena es blanca y el agua muy templada. Es muy tonificante, despúes de las horas pasadas de agobiante calor. Una vez fuera del agua, me visto y me siento en una barca que está en la playa, estropeada pero con una gran tabla para poder sentarse. Escribo hasta que nos vamos.



Vela en capilla de Egina



Nos sentamos en una terraza del puerto de Egina, esta frente al mar Egeo. Me tomó un helado de pistacho y nuez, dos bolas grandes en una hermosa bandeja con cuencos de cristal verde-azul. Mientras me deleitaba alternando de sabores con una cucharilla, miraba los pequeños yates de lujo que atracados uno junto a otro, conformaban una amalgama de colores, formas y tamaños.


-Qué dineral hay ahí -comenté y proseguí Es un lujo inaceptable para éstas personas que viven al día, dije señalando a la gente que estaban por allí.-Así es la vida y luego dicen que hay crisis ¿para quién? Cuando marchamos de Egina, el sol se escondía entre las nubes oscuras. Le daba tanta pena decirnos adiós. Su reflejo en el mar, nos animaba dándonos el adiós ¡hasta otra!


Llegamos y nos acercamos al Melina a tomar lo último. Hace una noche fabulosa. Estábamos realmente cansados, más de doce horas fuera del hotel, había sido un día muy completo. Estaba tan cansada, que me dejé caer en la cama y ya no fui capaz de volverme a levantar para tomarme una aspirina para el dolor de todo el cuerpo.


Último día, antes de bajar a desayunar, hacemos las maletas, luego las dejamos en recepción y nos vamos hacia el último recorrido. La Agora Romana. La mejor conservada y más grande.

Templo de Efesto (Agora)


En la colina de Kolonos Agoraios es el Templo de Hefestos y Atenea los dos dioses eran adorados como protectores de las artes y oficios. La construcción del templo de mármol del Pentélico, comenzó en el 449 a. C. y como la mayor parte de su decoración escultórica representaba los trabajos de Teseo, era conocido como Teheseion. En el interior se encontraban los bronces votivos de los dioses obras de Alcamenes, discipulo de Fidias.
Luego nos vamos a ver los últimos comercios de la Plaka. Me compré una blusa blanca de lino unas jarras para el vino blanco Retzina para come. A continuación nos fuimos a comer y allí esperé que Paco fuera por las maletas, era muy cerca.De ahí al autobús del aeropuerto, una hora. Llegamos y nos sentamos a tomar un frappé. Estuve escribiendo las últimas notas hasta la hora de irme a la sala de embarque.

Aeropuerto Atenas

Me gusta mucho estar en la sala de espera del aeropuerto, ves toda clase de gente, me encanta analizarlas. Personas que viajan mucho y en las esperas, se les ve con el ordenador, hablando sin cesar con el móvil etc. Otras, si son un poco menos que "primerizas", se sientan y con su mirada escuadriñan cada rincón y observan los pasajeros que van y vienen. Es un gran espectáculo para tratar de meterse en sus pensamientos y dejar volar la imaginación y "crear" historias fantásticas.

Nubes



Comenzamos el uelo de regreso. Muy buen tiempo. Cuando alzamos a 10.000 metros al poco tiempo. Sobrevolamos encima del mar Egeo, se ve Atenas que lentamente se va empequeñeciendo. Luego las nubes muy compactas. L
legaremos en poco menos de tres horas.


Otro viaje lleno de aprendizaje y de gran belleza ¡Hasta siempre Atenas!










León 30 May0 2011