EL SECRETO ESTA EN LA LLAVE

lunes, 10 de enero de 2011

DÉBILES MORTALES




El otro día, acompañé a una persona a un centro hospitalario, ya que tenía que hacerse varias pruebas y análisis. La espera fue larga y, durante ese tiempo pude constatar que, todos los que allí acuden por una causa o por otras, automáticamente pierden su orgullo y en sus rostros aflora la angustia, el miedo y la soledad.

En ese largo tiempo de espera, me dediqué a observar a las personas que allí estaban, y una de las cosas que más llamó mi atención fue, que tanto los más jóvenes, como los de más edad, exhibían en sus rostros, casi sin darse cuenta, la lógica preocupación de tener que acudir a ese centro.
Poco a poco, las verdades ocultas salían a flote y, los que momentos antes de entrar eran seres altivos, se iban transformando en débiles mortales.

Habían nacido con un cuerpo que albergaba una fantástica máquina, única en su género. Pero ya fuera por causas ajenas o bien, por excesos y abusos en sus funciones, esa maravillosa máquina, empezaba a fallar y se manifestaba en diversas protestas que les llevaba a visitar el centro hospitalario con cierta suspicacia.

Mis ojos escrutaban los rostros de las personas que esperaban a entrar en la consulta y generalizando deduje, que cuando el cuerpo lanza ese aviso de que algo anda mal, todos los seres humanos, vuelven a sus orígenes es decir, a su condición de débiles mortales en la cual, las enfermedades no hacen distinción alguna entre pobres y ricos, puesto que todos provenimos de una misma raíz.

Unos junto a otros, estaban sentados esperando ser llamados y, por una vez, creo que lo único que les diferenciaba, era su ropa y forma de comportarse.
En esos momentos cruciales, es cuando uno se da cuenta que el dinero no lo es todo; puede ayudar a una mejor atención, pero nada más.
Todos hemos nacido bajo el estigma de la mortalidad y allí nos hemos de encontrar.









R.P.00/2008/1320

León 14 Abril 1996